Princesas
Ayer vi Princesas, de León de Aranoa. Dos prostitutas, dos circunstancias, una amistad. La película es pesimista, oscura, no deja lugar a la redención, no hay salvación. Si lo hubiera, el cine se tendería una trampa. Aranoa realiza un cine militante. Cada persona es presa de una circunstancia social, de una opresión económica, víctimas de nuestra clase social, de un país, de un barrio. No hay nada que podamos hacer. Bien. Si quisiéramos aplicar esta fórmula a la realidad nos fallaría. En el cine de Aranoa, funciona. La estructura no elimina a la persona, sino que nos lanza otro mensaje: puesto que es imposible sortear esta dictadura, todos haríamos lo mismo. La estructura tabula a los humanos. Pero en la vida real, y no en el discurso, las personas, a veces, transgredimos nuestras estructuras. Lo cual, volvemos sobre la paradoja, y dicho sea de paso, no elimina la estructura. Esto es marxismo: poseedores y no poseedores de los medios de producción, ¿recuerdan? Lo único que falla es que este cine no esta hecho para las putas, sino para nosotros. No es conciencia de clase, sino interclase. Caye es la delegada de la clase media que nos conecta con una posibilidad: todos podemos acabar en la prostitución. Sin embargo, la reapertura del debate en torno a la legalización no debería tener en cuenta sólo este necesario enfoque. La prostitución existe no sólo porque hay desigualdad, pobreza y exclusión, sino porque hay demanda. En una sociedad futura, libre e igual, seguirá existiendo. El problema no se soluciona con borrar el síntoma. No dignifiquemos la prostitución, pero dignifiquemos a las putas. No es la prostitución lo que es producto del hambre. Son las putas, un determinado tipo de ser puta, lo que es producto del hambre. Por tanto, no vale barrerlas de las calles para no ver lo que pasa.
1 Comments:
¿Tu también, Antonio, hijo mío, crees en eso de la sociedad futura libre e igual? Hace tiempo que abjuré de ese tópico utópico cristiano y marxista-leninista de la sociedad que llegará, del hombre nuevo...
Aranoa y el cine militante: me han gustado las putas de princesas, no me gustó el discurso ideológico de los lunes al sol: eso del que rompe farolas porque sí es un héroe y el que pone un bar con la indemnización es un imbécil...
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