viernes, noviembre 11, 2005

Manifestación nostálgica

Mañana la Iglesia se manifiesta, por segunda vez en su historia. La primera, cómo no, fue contra los homosexuales... En esta ocasión ocupan las calles para protestar porque la Religión católica no sea evaluable como las matemáticas y la física, ya que, desgraciadamente, los obispados seguirán enviando profesores a las escuelas y sus sueldos serán pagados por todos los españoles, votantes del PP y del PSOE, hetero y homosexuales, musulmanes, cristianos, ateos y agnósticos. La Iglesia se lleva su trozo de tarta de nuestros impuestos. No voy a repetir la obviedad de que nunca lo hicieron contra las injusticias flagrantes de nuestro mundo que, teóricamente, serían objeto de su acción ética, motivo de su existencia como cristianismo que redimió a los excluidos, a los esclavos, a los olvidados. Lo que sí diré es que esta manifestación de mañana es la expresión de una parte de la sociedad española que está nostálgica por la desaparición progresiva de otros tiempos, para ellos, mejores. Tiempos en los que no se podía votar, ni ser ateo. Tiempo en el que un dictador militar amigo de Hitler, genocida de varios millones de españoles, era bendecido por la Iglesia y entraba bajo palio a las catedrales. Tiempo del nacionalcatolicismo, del Opus en el poder.


Desgraciadamente, España también fue, y hoy todavía es, ese recuerdo. Y mañana lo volveremos a ver.