miércoles, octubre 11, 2006

Bo-No-Alcalde

¿Por qué Zapatero propone a Bono como candidato? Ahí va mi análisis.

La decisión de Zapatero de proponer públicamente a Bono como candidato para el PSOE en Madrid parece ser una de esas maniobras políticas que sólo tienen ventajas para quien las dirige, salgan como salgan.

Pensemos en clave política nacional. Si Bono decía que sí, podían ocurrir dos cosas: perder, o ganar. Los beneficios políticos de ganar serían obvios: hay un cadáver político, Gallardón. Eso implicaba truncar su carrera política hacia la presidencia del PP, y dejaba, por tanto, al PP en manos de sus sectores más extremos, lo cual beneficia a Zapatero de cara a unas elecciones generales, centrando al PSOE. En clave interna, sería una manera de contentar a los sectores más tradiciones, el de los barones, que están encabezando la crítica a ZP por su política territorial.

Pero si perdía... Lo tenía calculado. Si Bono perdía contra Gallardón, se abriría un cisma en el PP. Mucha gente se haría la siguiente reflexión: Si Gallardón es capaz de vencer a Bono, ¿por qué no es el candidato del PP? Sacrificar a Bono frente a Gallardón refuerza a Gallardón y devalúa a Rajoy de cara a las generales que estarían a la vuelta de la esquina. Divide a la derecha y la sitúa en un escenario fraticida con los conspiranoicos Acebes y Zaplana por un lado y el centrista Gallardón comiéndoles los talones. En clave interna, si Bono perdía, Zapatero se quitaría por fin a un peso pesado capaz de crearles complicaciones y daría a las críticas de los barones una coartada electora: no fui yo -diría- quien no os quiere. Es la gente. Se os pasó la hora.

Pero quedaba la tercera opción: que el propio Bono dijese que no. El truco de esta maniobra es que Zapatero ha situado la decisión en manos de Bono, y por tanto, la víctima de su propia negativa es él mismo, que se entierra políticamente negándose a ser el candidato. Los beneficios de que Bono haya dicho que no hay que mirarlos casi exclusivamente en clave interna, sobre todo en lo que se refiere a la FSM, donde hay muchas voces críticas con Zapatero (los Leguina, Barranco...etc). Esas voces podrían estar representadas por Bono, hombre de su generación. No olvidemos de que a Zapatero le acusan de quitarse del medio a los barones incómodos, de atar el partido en corto segando cabezas. Ahora esas voces acallarán, porque Zapatero puede alegar que él contó con Bono. Después de la negativa de éste, nadie podrá reprocharle que deje en la cuneta a los políticos de aquella generación y aquellas corrientes. La conclusión, Zapatero ha logrado que Bono se queme él solo a sí mismo dándole la gasolina y la mecha. Y Bono se ha hecho un bonzo, porque prefiere morir por sus propias manos antes por las de que otro (Gallardón, los electores). Después de su negativa, su voz ya no tendrá peso orgánico ni casi, legitimidad. Será pura arqueología.

Pero para lograr jugar con todos esos factores a su favor, Zapatero ha hecho dos cosas: la primera, dejar un vacío deliberado en la candidatura, que ha utilizado como arma de doble filo, como silla eléctrica de oro, una silla donde nadie quiere sentarse, pero donde negarse a ocuparla te achicharra vivo igualmente. La segunda, hacer público ese proceso de "petición" de candidatura a Bono, pulsar los deseos públicos y populares, factor de libidinosidad política resuelto con una frustración que socavará su imagen pública (la de Bono, que insistimos, es quien rechaza).

Está claro que Zapatero no sólo sabe medir los tiempos. Sabe hacer que otros tomen por él decisiones que si tomase él le supondrían un enorme coste político. En el tablero de la estrategia sabe mover la ficha del riesgo hacia donde le interesa, y permanecer como espectador de sus propias decisiones silenciosas. El problema es que nadie le puede reprochar nada, porque nadie asume la valentía de correr riesgos políticos. Escefinicación, por inexistencia de rival, de poder total.

2 Comments:

Blogger . said...

Casi de acuerdo al 100%. He publicado algo parecido.

Pero una vez vista la manera de renunciar de Bono, creo que ha sido él más listo que Zapatero y se la ha devuelto. La comunicación se la ha hecho al presidente del partido no a él, ha jugado con ellos de manera que casi han anunciado a bombo y platillo lo que ahora es un chasco: el PSOE está sin candidato y ha quemado al que venga. Zapatero no podrá tener Madrid. Yo no creo que la salida del Gobierno de Bono sea ese remanso de paz que se ha vendido. Algo hay de incomodidad más grave que el cansancio y las niñas abandonadas en casa.

En cierta forma, Bono se ha dado cuenta de que está en el partido equivocado. Él es demócrata cristiano aunque no lo quiera reconocer o no lo pueda decir.

4:32 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me parece algo idealizada la visión que esbozas de Zapatero. Me da la impresión de que no saben que hacer en Madrid: "quitamos a Trini, que no tiene nada que hacer, y ahora empezamos con los globos sonda, a ver que pasa".
A mi lo que me gustarían son unas primarias, devaluadas desde lo de Borrel pero envidiables desde el punto de vista de la democracia interna.
Gracias, anyway, por tu reflexión.

12:28 p. m.  

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