Guerra de civilizaciones. Preguntas...
Cuando los editorialistas sesudos del ABC y Libertaddigital (diseñadores ideológicos de la derecha), cuando progres extraviados y brillantes como Arcadi Espada, reaccionan de forma furibunda contra la Alianza de Civilizaciones (la "cursi" Alianza de Civilizaciones, ¿es eufemística?), ¿defienden la guerra de civilizaciones? ¿Estamos en guerra contra Marruecos, Argelia, Egipto, Irán, Siria, Pakistán, Jordania y Turquía? Yo lanzo las preguntas, y me gustaría que alguien me las explicase.
¿Estamos en guerra contra el terrorismo o contra el Islam? ¿Cristianos contra musulmanes u occidentales/modernos contra musulmanes? ¿Guerra contra los musulmanes radicales o contra el Islam en sí, en cualquiera de sus expresiones?
¿El terrorismo es la guerra solapada de los Estados islámicos contra Occidente? ¿Que el terrorismo no esté justificado por la Guerra de Irak justifica la Guerra de Irak?
Por último, secundando esta Guerra de civilizaciones, ¿qué trato debemos tener con los Estados y sus Jefes de los países islámicos? ¿Debemos invadirlos todos, uno a uno, como Irak?
10 Comments:
A un hombre brillante como tu no le costará entender por qué la Alianza de Civilizaciones es una chorrada que, encima, cae en manos de gente necesitada de legitimidad como Kofi Anan, masacrado, probablemente de modo injusto, por los republicanos de EEUU. La Alianza de Civilizaciones no deja de ser la típica cuestión en la que el continente se vende como contenido: ¿alguien sabe en qué consiste? ¿En sentarnos a charlar? No deja de ser algo característico de la inmadurez y falta de preparación de nuestro gobernante vendemotos: bellas palabras, buenas intenciones pero cero consecuencias prácticas. Por otro lado, es de una falta de sentido estratégico sin igual pretender asumir un rol de política internacional de este calibre (el insinuado, porque seguimos preguntándonos en qué consiste la "alianza")en contra de la opinión de quienes mueven la política internacional: USA, británicos y, sorprendentemente, franceses y alemanes (¿dónde están ellos en la Alianza?). Que se obtenga el apoyo de la Liga Árabe, una entidad muerta de risa, no deja de ser otra muestra de la endeblez de la iniciativa. Uno ve al simpático Moratinos y al Gobernante jugando a movimiento no alineado y a qué simpáticos somos con los pobres (incluyendo dictadores del tercer mundo y esas cosas). Por si acaso, EL País nos ha deleitado con un editorial precioso en el que nos dice que esa cosita tan ingenua empieza a tener respaldo porque la ONU le ha sacado un millón de euros al gobierno español para ponerlo en marcha. Encallará. Porque en política internacional no bastan las buenas intenciones, hay que actuar conforme a estrategia y alianzas reales para obtener lo posible, y no jugar a repartir margaritas. Prueba de fuego: además de los anteriormente citados, ¿dónde está el Estado de Israel, Turquía, Rusia, o la India, por poner estados clave en el desarrollo del supuesto contenido de la supuesta alianza? La ausencia de un ente que reciba este pomposo nombre no implica, por cierto, que nadie desee una guerra. Y que, por favor, nos aclaren si alianza de civilizaciones signiica que me callo frente a los abusos de derechos humanos de gobiernos supuestamente afines a occidente en su lucha contra integristas. O defender las leyes de Arabia Saudí, esa civilización modelo que nos inunda de petróleo y a quien sí le hacemos una guerrita de vez en cuando para que nos lo siga mandando. ¿Crees de verdad Antonio que hay suficiente civilización en los compañeros de viaje a quien supuestamente va dirigida la alianza para avanzar hacia la modernidad por la vía de los buenos alimentos? Lo saudíes son un buen ejemplo de que lo uno no tiene que ver con lo otro.
Yo no estoy defendiendo la Alianza de las Civilizaciones, entre otras cosas, porque no sé que es: no conozco su contenido, su decálogo. Pero, precisamente por no saber en qué consiste, tampoco sé cuál es su crítica. La Alianza de las Civilizaciones es, en definitiva, un anhelo difuso: la ONU. Demos por muerta la ONU. De acuerdo. Y ahora yo pregunto, ¿qué nos tabula? ¿Qué nos modula? ¿Qué leyes nos combinan? Si existe una incompatibilidad ontológica en aliarnos (estratégicamente) con países que no respetan, por ejemplo, los derechos humanos eso termina cristalizando en una necesidad intelectual de intervenir y nos aboca a un choque de civilizaciones. No creo en el choque de civilizaciones, entre otras cosas, porque el Islam es una religión, no una civilización. Dicho de otra forma: creo que existe el islamismo, pero no una civilización islámica. Y creo que definir un Occidente enemigo de una supuesta civilización islámica les está haciendo un favor a un Islam que, desde hace mucho tiempo, dejó de existir como sistema político. En definitiva, creo que cuando se critica la propuesta de Zapatero se hace solidificando su principio erróneo: que existen dos civilizaciones susceptibles de enfrentarse o aliarse. Pero se legitima el error y se amplifica oponiendo la huntingiana Guerra de Civilizaciones. Lo cual es un error, a mi juicio, aún mayor.
Es un buen punto de vista. Pero creo que en el fondo las cosas son tristemente más simples de lo que nos gustaría. No sé si estamos abocados a la invasión o no (yo creo que no se debe invadir a nadie por principio), pero sí me parece (insisto en que con tristeza) en que no se puede ser ingenuos. Ejemplo: siempre han explicado los historiadores que las condiciones humillantes de la paz de Versalles fueron uno de los motores de las condiciones sociales que crearon el caldo de cultivo que hicieron el nazismo posible. En ese sentido, serían las potencias vencedoras, democráticas ellas, culpables de la agresividad germánica posterior. Pero no por ello hubieron de efectuar dejadez en la cesión frente a la alemania nazi, con la que finalmente hubo una guerra. En nuestro caso, frente al terrorismo integrista islámico estamos ante algo parecido. La bonita Alianza de Civilizaciones suena a paz de los sudetes, salvando distancias que puedan ser groseras. La simpleza consiste en que mientras nosotros debatimos sin parar las consecuencias morales de lo que hacemos (correcto), los principios que deben regirnos (correcto) alguien prescinde de todo ello (digamos el terrorista integrista), no pierde el tiempo y te dispara en la sien. Susto o muerte: esa es la dificultad del dilema, con alianzas, civilizaciones o lo que queramos.
Creo que, no obstante, debemos pensar sin tregua en cómo afrontar lo inafrontable desde un pusto de vista occidental: el hecho de que alguien se suicide matándote. Porque en ese caso, la guerra de civilizaciones, la guerra preventiva, sería matar a todos los musulmanes, puesto que no nos podemos meter en su cabeza y por tanto, en potencia, todos son posibles suicidas. Y hay, ¿cuántos? ¿Mil millones de musulmanes?
¿Que unos iluminados se quieran suicidar implica la renuncia a lo que son nuestros valores democráticos? Este es el problema: se quieren suicidar y para que no lo hagan debemos tragar porque haya sociedades totalitarias. Hay que luchar contra la gente que incita al suicidio a otros en su nombre. Es de secta.
Estamos de acuerdo, pero el problema es, ¿cómo se lucha? ¿Invadimos más países, sin pruebas y con mentiras? ¿Los convertimos en lo que no eran, es decir, una civilización amenazada? ¿Se combate el terrorismo en red con militarismo clásico? Si se invadió Irak diciendo que era un país que amparaba el terrorismo, ¿qué hacemos ahora con Inglaterra, país que ha acogido y educado a terroristas en su seno?
Las respuestas no son fáciles, pero necesito que alguien me diga cómo se combate el terrorismo islamista y si no bombardearlos es ceder.
Es una buena pregunta. Se me ocurre empezar desde una perspectiva puramente militar antes de entrar en la moral: la invasión de Irak es un fracaso enorme desde el punto de vista del resultado. Y eso es una lección: Occidente (o los Estados Unidos que es quien pone las armas y los muertos) puede derrotar a cualquier cuerpo militar "que nos amenace" pero difícilmente podrá vencer a una población que sea contraria a su presencia (Vietnam). Queda Afganistán: Bin Laden sigue sin aparecer, no está claro que se pueda hacer un país normal y la pregunta es si sin la invasión hubiera sido más fácil o más frecuente para el supuesto gestor e inspirador de Al Qaeda continuar con los atentados. En la medida en que he recorrido las montañas de Pakistán y he visto a los afganos que habitan en ellas, tengo absolutamente claro que ningún soldado de Alabama será capaz de caputarle sin la aquiescencia de las tribus nativas. A lo mejor está muerto y es como el Cid.
La primera conclusión es que, militarmente, vista la continuidad de los atentados y la imposibilidad de constituir gobiernos estables, el bombardeo ha sido un fracaso. La pregunta, de nuevo, es la anterior ¿hubiera sido más fácil seguir atentando?. ¿Cuál es la alternativa? ¿Los estados que amparan grupos integristas violentos se lo piensan dos veces antes de dejar un hueco obvio a esta gente? ¿Resistirá el gobierno pro-occidental de Pakistán o Pervez Musarraf morirá en un atentado y no podrá detener el desvío integrista de un país que tiene la bomba? Haciendo abstracción de la muerte y el horror nunca puedo quitarme la idea de que percibiendo la guerra como un horror moral y físico inaceptable siento que la humanidad no es ese mundo ideal que deseamos y que el mundo de interesantes libertades y posibilidades de desarrollo y enriquecimeinto individual (un paraíso si lo comparamos con el infierno medieval y miserable de Afganistán, Arabia Saudí o Sudán)que supone nuestro mundo occidental es extraordinariamente frágil y vulnerable frente a mentes fanáticas: un pantano envenenado, una bomba en un tren en marcha, la incitación al suicidio, alteran nuestro mundo confortable en el que incluso los contrarios a la guerra viven excelentemente bien disfrutando de los bienes que se adquieren de la posible conolización o dominación imperial de territorios como los musulmanes en los que habitan las principales reservas de energía. La única conclusión a la que puedo llegar es que, si quiero estar seguro de este bienestar que hace posible sociedades tan abiertas y que dan tantas oportunidades para que el hombre busque su propio destino de la manera más libre que se conoce, tengo que darles a los conservadores razón en una cosa: una buena defensa militar es necesaria, servicios de inteligencia eficaces (que, seríamos ingenuos si no lo admitiéramos, emplearán tácticas prohibidas por nuestra legislación para obtener la información)son también necesarios. Y eso es algo que cuesta aceptar. El bombardeo es una alternativa estratégica poco exitosa.
Probablemente el reto de los que pensamos que la muerte y la violencia no están justificadas (¿cómo manejar la legítima defensa?) es cómo encontrar el punto de realismo que permita conciliar la protección de nuestro mundo abierto (con sus errores y excesos) frente a la amenaza totalitaria (sea cual sea, valdría la soviética de antaño)sin que el esfuerzo en defensa, equipo y entrenamiento militar, termine por acabar con nosotros y lo que queremos proteger. Es como una paradoja sin solución. Creo que la única respuesta a tu pregunta es manteniendo la suficiente tensión social y exigencia democrática para que nuestra fuerza de defensa sepa no traspasar la línea (como se vio en Iraq)y se emplee sólo en casos de extrema necesidad. Lo malo es que una vez tomada la decisión no hay vuelta atrás y al que mandamos allí (tu yo no iríamos, ¿verdad?) necesita todo nuestro soporte. Y además de no traspasar la línea, forzar un constante trabajo político para que las fuerzas dentro del mundo musulmán que luchan por separar el estado de la religión sean capaces de encontrar su soporte interno y puedan crear una democracia. La democracia requiere un cierto nivel de educación e igualdad económica, que es probablemente lo que quiere decir ZP con su chusca alianza. Pero eso sólo se puede hacer si hay condiciones objetivas para hacerlo y no por la mera ayuda tradicional. La esperanza, en mi opinión, es la globalización. El que las masas musulmanas accedan al mundo abierto y decidan por sí mismas qué sociedad quieren (y lo impuesta por los mulahs): nada como esa cosa tan odiada como la televisión. Una película de Walt Disney es revolucionaria en la medida en que se abre una nevera y hay comida. El gran hermano del mundo árabe, algo que despreciamos en España por su bajo nivel cultural e intelectual, es, sin embargo, una revolución en el mundo musulmán: a pesar de las prohibiciones ha sido el programa más visto de la historia en el mundo árabe. Ha habido que sacarlo de Egipto y llevarlo a Líbano para evitar la censura, pero millones de árabes han abrazado con interés y pasión cosas que nos parecen normales: mujeres y hombres no casados conviviendo juntos y sin velo.
En fin, creo que me extiendo mucho y divago ante la ausencia de una buena respuesta. Jode pensar que debemos confiar en el esfuerzo militar y policial como reserva de resistencia para nuestro mundo de valores, pero creo que no hay otra. Sin olvidar que debemos presionar a nuestros estados para que provoquen la liberalización y el acceso al comercio y la educación moderna a los países musulmanes: al igual que liberar del monopolio de la interpretación de la biblia fue esencial en la formación capitalismo, puede que la lucha contra el Corán sea ésta´el cuestionamiento de la vida señalada por el libro a través de los ojos libres de cada hombre y mujer del mundo musulmán. No me vale el relativismo moral de aceptar que por ser una religión diferente se deben tolerar sus barbaridades: vale la libertad de culto pero no la ley religiosa.
No creo que oponerse a la Guerra de Irak (que es el nudo gordiano de todo este asunto) implique ceder y caer en el relativismo moral. Se confunde condenar este error con ceder. Yo soy un neokantiano: creo que si nos hemos dotado de un Estado de Derecho, de un sentido objetivo de la acción, debemos actuar así siempre, a escala supraestatal también, porque en definitiva de lo que se trata es de que los musulmanes acaben adoptando nuestro sistema por su superioridad moral, no militar. Si les decimos que nosotros somos mejores porque respetamos los derechos humanos, y montamos Guantánamo, o Irak en su conjunto, quedamos deslegitimados y desacreditados. Por supuesto que los servicios de inteligencia son imprescindibles y la disuasión militar también (puesto que hay estados que tienen incluso la bomba atómica), pero de ahí a la invasión, creo que hay un giro de 180 grados en nuestra escala de valores. Irak ha dividido a Occidente.
Dicho esto: la globalización es una de las soluciones. De lo que se trata es de crear un caldo de cultivo para que los musulmanes se occidentalicen vía consumo, y posteriormente vía libertad de expresión, opinión...etc. Esto se produce comerciando con ellos, eliminando nuestras subvenciones a la agricultura, deslocalizando empresas y, por tanto, dando empleo en países árabes. Nada une ni cambia más como los intereses económicos. Si hubiese un poco más de paciencia, un McDonald, un concesionario de coches, un multicines, un polígono industrial... son mucho más efectivos que 200.000 tanques.
No puedo estar más de acuerdo. Si llegamos a esta conclusión, entonces la oposición a la guerra, tal y como se ha efectuado por oportunistas, partidos de izquierda real y pseudoizquierda, antiglobalizadores, jóvenes aburridos, familia bardem, pseudointelectuales y demás, sería de una pobreza conceptual terrible (no inferior a la de quienes han apoyado la guerra por mero seguidismo de su "partido"): es sencillo llamar asesino a Aznar por respaldar una decisión errónea e inmoral, pero cuesta hacerlo mucho cuando es Zapatero quien respalda a una dictadura sanguinaria como es la china y se ampara en la UE para levantar el embargo de armas que se empleará, entre otros, contra la oposición tibetana o cualquier esperanza de autonomía de decisión de los taiwaneses. La oposición a la guerra - qué romántico es uno - debería haberse hecho, además de en nombre de la muerte de inocentes, ofreciendo una alternativa a una decisión estratégica errónea para el objetivo real de nuestra seguridad: llevar al mundo musulmán al siglo XXI. Quizá es demasiado lento para el pentágono.
P.D: Mientras, Microsoft y Google aceptan la censura para poder entrar en China. ¿Será, al final, como una malvada técnica oriental para introducir un caballo de Troya o de nuevo la ambición - legítima - del mercader que para hacer negocio renuncia a cualquier princpio? ¿Tiene sentido plantear como alternativa a la guerra la lucha contra la censura? Medio Irán ve los canales producidos por los iraníes del exilio en Los Ángeles de forma clandestina: la mujeres salen sin velo, cantan y adoptan posturas "obscenas"; ¿tiene vuelta atrás?
Mira aquí estábamos con el nacionalcatolicismo hasta hace 30 ó 40 años y las cosas cambiaron porque las cosas tienen una objetividad. En España, con el nacionalcatolicismo y la casposidad dictatorial franquista se vivía infinitamente peor que en Francia y el resto de Europa. Por eso terminamos por ceder y renunciar a lo peor que teníamos de nosotros mismos. Si hubiesen venido los americanos a sacar a Franco a bombazos, todos nos habríamos vuelto franquistas. Lo que te quiero decir es que, más tarde o más temprano, con todas las heridas sociales, rebrotes fundamentalistas etc, la lógica de la libertad, de la economía de mercado, se acaba imponiendo por sí sola por efecto imitación. Sólo hay que saber hacerlo. Y creo que Microsoft hace bien entrando en China. Efectivamente es el caballo de Troya. ¿Tú contemplas un mundo chino con 1.200 millones de personas utilizando un Internet censurado durante mucho tiempo? Es como cuando aquí prohibían las escenas de sexo y de ahí pasamos a ver a la Cantudo y las demás con las tetas al aire a todas horas en TV. Puedes ponerle un parche, pero se romperá. La censura tiene las horas contadas. Ya verás, tú, ya...
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