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Sinceramente, no esperaba esta reacción a un desahogo. En primer lugar, pido disculpas a Josu Mezo si se sintió ofendido. Pero me gustaría explicar varias cosas: el trabajo de periodista es y debe ser juzgado y criticado. El mío, y el suyo. Si mis críticas fueron injustas o exageradas, creo que el post que él incluyó en su blog también lo fue con nuestro trabajo. Considero que la errata que había en la entrevista, que se corrigió de inmediato, podría haber pasado desaparecibida. Destacarla -cuando además ya no existía, esto tiene la edición on-line- me pareció un golpe bajo. Los caballeros hablan cara a cara antes de dañarse entre sí. Me dolió, sinceramente, que Josu Mezo nos dedicase un post en el que, en vez de hablar sobre el contenido de la entrevista, resaltase el hecho anecdótico de la errata en su nombre.
En mi anterior post, sin duda inflado por cierta retórica provocadora, sólo exponía otra forma de ver las cosas y mi visión de que el periodismo, que debe ser amigo de la corrección (sin duda) debe, también, dedicarse a entender la realidad como una totalidad, y no escabullirse por los intersticios de lo anecdótico. Una errata, aunque deba ser corregida y vigilada, no es un error. En el error hay deliberación o incapacidad: en la errata hay azar. Iré un poco más lejos en mi favor. Algunas erratas intelectuales resultaron fundamentales en algunos descubrimientos y avances del conocimiento, y Foucault así lo entendería, en tanto que significan rupturas, modificaciones del orden natural.
Por último. Para que me llamen incapaz, resentido y todas esas cosas que se me han dicho, es para lo que algunos escribimos día a día un blog, sin ocultarnos y permitiendo el comentario libre. Pero me gustaría hacer alguna apreciación. El debate, sin duda incómodo para todos, de si existe o no la verdad, y si esta se puede conocer, no se puede librar en un blog. Tendríamos que empezar por Descartes y terminar por Vattimo, pasando por Popper. Imposible. Pero el periodismo puede iluminar. La afirmación de que no todos los artículos tienen por qué ser entendidos por todo el mundo contradice frontalmente mi visión de la profesión, y un ejemplo perfecto son las secciones de economía en la prensa española, incomprensibles para el ciudadano no economista. Al menos en el periodismo generalista, deberíamos aprender mucho de los anglosajones, que entendieron perfectamente el arte de hacer legible cualquier problema. Transformar lo específico en comprensible es a lo que se dedica este noble oficio.
Sé que todas estas matizaciones no atraerán tanta atención, ni si quiera la de Josu, y sé que nadie se dedicará a dialogar conmigo en vez de llamarme "pedante", "incapaz" y todas esas lindezas que son atajos de la razón. Mantengo la teoría de que los fundamentalismos se atraen, por eso el PP y ERC, por ejemplo, conviven en el mismo plano anti-dialéctico. Si me dejo el turbante de fundamentalista del relativismo en casa y "cedo" (por ejemplo, reconociendo que hay cosas que sí se pueden conocer, incluso por encima del principio de indeterminación) no vendrán a ceder su parte los fundamentalistas de la estadística positivista. Lo cual quiere decir que, desgraciadamente, Habermas y su teoría de la acción comunicativa (la ética del consenso posible), no tienen vigencia en un mundo con más posibilidades comunicativas que nunca.
PD: Esto no es periodismo. Esto es un blog, una miscelánea, una estructuración intelectual. Que nadie se llame a engaño.
9 Comments:
Estimado Antonio,
Estoy completamente de acuerdo contigo en una de las grandes ventajas de Internet es la transparencia. Cualquiera puede saltar sin mayor dificultad de tu blog al mío, leernos a los dos y quedarse con lo mejor de cada uno.
Sólo quiero señalar que en tu texto sigues cometiendo al menos dos errores fácticos (qué le vamos a hacer): yo escribí mi mensaje antes de que hiciérais la corrección, no después y en mi texto no hablaba de la errata en el nombre (que no había visto), sino de la otra.
Esto ya es más apreciativo, pero creo que eres demasiado susceptible porque te doliera que, en lugar de hablar del contenido de la entrevista (para eso estaba el enlace), señalase la existencia de la errata (que consideraba un "detalle divertido").
Eres tú, creo, el que con tu anterior post has sacado las cosas totalmente de madre, y le has dado al asunto una relevancia que no tenía. Cuando yo cometo una errata en mi blog, y alguien me los señala en los comentarios, pido disculpas, la corrijo, y ya está (de hecho, me pasó en el comentario sobre vuestra entrevista). Es más, suelo dejar a la vista el texto corregido y el comentario, para que nadie piense que escondo mis vergüenzas.
Sobre el debate entre relativismo y objetivismo, como bien dices, no lo vamos a ventilar en un blog. Pero yo tengo una posición, que puedo resumir, para la cual no necesito apoyarme en ninguna cita erudita: nadie puede conocer la verdad completa, pero es posible acercarse a ella y existen procedimientos sobre los que se puede llegar a un acuerdo para elegir, entre proposiciones fácticas, cuál está más cerca de "la verdad". Por ejemplo, entre la proposición "Josu escribió el post después de que corrigiéramos el error" y la proposición "Josu escribió el post antes de que corrigiéramos el error" hay una que es verdadera y otra que es falsa.
Yendo a cosas más relevantes: entre la proposición "En la manifestación del 18-J hubo en Madrid 1,5 millones de personas" y "En la manifestación del 18-J hubo en Madrid 150.000 personas" ¿Hay en tu opinión alguna manera de dilucidar si una de ellas está más cerca de la otra? Yo creo que sí, que se puede averiguar cuál de las dos está más cerca de la verdad. No sé cúal es tu postura, pero me intrigaría saberla.
Última cosa: la verdad es que me he alegrado de que lectores míos, a los que no conozco, aprecien lo suficiente lo que hago como para escribir en mi defensa, algunos con un entusiasmo que me ha emocionado. También me ha gustado ver que casi todos ellos lo han hecho en un tono bastante civilizado y argumentado, aunque a alguno se le haya ido la mano y te haya llamado "pedante" e "incapaz". Creo que si relees tu post anterior, mi respuesta, y la de otros lectores, comprobarás que las palabras más gruesas estaban en tu mensaje.
Un saludo
Hola. Soy el que te llamó "pedante". Y voy a explicarme: me parece pedante, o muy pedante, citar a Descartes, Vattimo, Popper (¿eso no es una droga?) y Habermas. Quizá yo sea un poco ignorante, y de todos estos nombres sólo me suena un poco el de Descartes, pero el conocimiento medio de filosofía, apuesto lo que quieras, está más cerca de lo mío que de lo tuyo...
Por otro lado, también te veo un poco contradictorio. Dices que "La afirmación de que no todos los artículos tienen por qué ser entendidos por todo el mundo contradice frontalmente mi visión de la profesión", después de citar estos nombres que sólo reconoce quien está, al menos ligeramente, versado en filosofías.
Algo más: el origen de todo esto es que Josu comenta en su bitácora como algo gracioso las erratas (eran dos) que aparecían en la entrevista. Y no deja de ser irónico que aparezcan erratas en la entrevista de quien se dedica a buscar errores en la prensa, ¿no? Y de esa pequeña broma tú has hecho esta montaña.
Creo que el hecho de que el post fuese antes de la corrección no justifica el comentario mordaz. Porque corregir lleva un tiempo. Si no me lo concediste, es lógico que me molestase ese "airear" públicamente la errata.
Segundo punto Creo que se puede saber si en la manifestación contra los homosexuales hubo 150.000 o 1.500.000 de personas. Se puede saber. Pero el trasfondo de la manifestación no es ése. Quiero decir, yo considero que todas las personas tienen que tener los mismos derechos, y no así el PP ni la Iglesia, que consideran que existen unos derechos diferentes en función de que se sea homosexual o heterosexual. No tiene más razón el PP porque convocase a más gente. La razón se tiene o no se tiene, no se mide en estadísticas. La razón se discute, no se dilucida en la calle. Lo cual no quita que, obviamente, el Foro de la Familia y el PP mintieron (como lo hicieron los convocantes de la marcha gay) con las cifras.
a H. Ortiga.
No soy contradictorio. Cuando estoy siendo redactor, no cito ni a Popper, ni a Habermas ni a Descartes. Esto no es periodismo. Es mi bitácora, y aquí hago lo que me da la gana. Es que la gracia es esa.
Antonio, creo que dejas claro que lo que te interesa es el periodismo de opinión, y no de información, al decir que lo realmente importante de la manifestacion es lo que tú consideras, o el "trasfondo". En los periodicos hay páginas para expresar eso, que no se comentan en el blog de Josu por ser eso, de opinión.
Pero los medios también deben INFORMAR, y en ese sentido si es importante saber cuánta gente hubo en la manifestación (por seguir con el ejemplo),y a partir de ahí, que el lector extraiga sus conclusiones. Este tipo de cosas son las que, si no me equivoco, le interesan a Josu, que no son ni erratas, ni valoraciones, sino datos, ideas, comentarios lanzados sin el cuidado adecuado que no cumplen la misión para la que deberían ser escritos: informar.
Antonio,
No es por eternizarnos, sino por reaccionar a la respuesta que has dado sobre la pregunta que yo te he hecho de la manifestación.
Creo que tu respuesta es muy reveladora de las diferencias que nos separan sobre lo que debería ser el periodismo. Para mí, el trabajo del periodista es contar si hubo 1,5 millones de personas o hubo más bien 150.000 personas. Eso es lo específico de su profesión: responder a ¿Cuánta gente había? ¿Qué dijeron? ¿Qué pancartas llevaban? ¿Qué tipo de gente había: eran "pijos", o de clase media, o popular, o de todo un poco? ¿Qué clima se respiraba "festivo", "agresivo", "enfadado"? Y otras similares. Ya sabes: el qué, quién, cuándo y esas cosas.
Y en el momento de transmitir esa información, el periodista, en lo posible, debe aspirar a contarla independientemente de que él sea católico, gay, pepero o psoero.
Naturalmente, al responder a esas preguntas y contar en unos párrafos una realidad "compleja" como una manifestación con muchos miles de personas uno tiene que seleccionar lo que le parece más relevante. Y ahí uno sin duda estará condicionado por sus ideas. Pero eso no quiere decir que no haya verdad, o que no sea abarcable, o que todo relato sobre la manifestación sea igualmente válido.
Por ejemplo, si vas a hazteoir.org verás cuatro fotos de la manifestacion del orgullo gay, que la convierten en una fiesta de depravados y blasfemos. Si somos puramente relativistas, ese relato es tan bueno como cualquier otro. Si creemos que los hechos no son importantes, sino que lo importante es la interpretación, ¿cómo distinguir entre esa interpretación y otras que dan otros medios?
Tú en cambio, al hablar de la manifestación, piensas que lo importante es que esas personas no tienen razón porque defienden ideas equivocadas. Y que la razón no se mide por las personas en la calle.
Pero la discusión, totalmente distinta, sobre si esas personas tienen o no razón no es específica ni particular de los periodistas. Es una discusión de ciudadanos, en la que el periodista no tiene un especial papel. Lógicamente, esa discusión transcurrirá en los medios de comunicación, pero en ella pueden participar políticos, activistas gays, obispos, psiquiatras, quien quiera, y tenga algo relevante que decir, y también "periodistas", que actúan entonces no como tales, sino como opinólogos, columnistas o tertulianos.
El papel del periodista propiamente dicho vuelve a ser el del relator: estas son las opiniones que hay sobre un tema y aquí se las presento (en una entrevista, en un debate en la radio o en la tele). Si es un buen periodista su trabajo no consistirá en filtrar las correctas (con las que está de acuerdo) de las incorrectas (las que no le convencen), sino las que tienen algún interés (por su contenido o por quién las dice) de las que no lo tienen.
Si tú crees, como creo entenderte, que lo central del papel del periodista, ante un tema como la manifestación del 18-J, es contar a la gente que los manifestantes no tienen razón, creo que confundes columnismo con periodismo.
Para mí son cosas muy distintas, las dos muy respetables, pero precisamente cuando hablamos de periodismo lo importante son los hechos, no las opiniones. Y si los hechos son incorrectos, las opiniones que se construyen sobre ellos pueden ser disparatadas. Ejemplo reciente de mi blog: toda la discusión sobre cambios legislativos a raíz del incendio de Guadalajara es esencialmente errónea, porque parte de datos equivocados.
Como me suelo pasar, cojo carrerilla y me enrollo. Siento alargarme, pero creo que el asunto lo merece.
Bueno, analicemos. Yo pienso que el periodismo también es opinión, análisis, crónica, y también deja lugar a lo subjetivo. No estoy de acuerdo en decir que una cosa es periodismo y otra columnismo. No es más periodismo el supuesto periodismo de información que el de opinión. Al menos el de opinión sabemos de qué va. En la información hay opinión camuflada, mismamente en la selección de la misma. Yo cre en Dios padre: creo en la verdad. Fijaos qué relativista es eso. Pero la verdad no está exenta de opinión. Una cosa es la verdad y otra, imposible, la objetividad. Objetivos son los objetos. En tanto que la vida está hecha por sujetos, somos subjetivos en todo lo que hacemos, y como la información está hecha, también, por sujetos, pues pasa igual.
Creo que una de las aspiraciones del periodismo debe ser contar cosas que son verdad. Pondré un ejemplo. Si vas a la hemeroteca de diarioDirecto, nosotros, al dar la información sobre ese nefasto 18-J, no entramos a discutir si tenían o no razón. Eso lo hicieron nuestros columnistas. Pero como tampoco teníamos medios para saber cuánta gente había en la manifestación, nos limitamos a exponer las distintas versiones: los 166.000 del delegado del gobierno, los 700.000 de la CAM y el millón y medio de los organizadores. Y titulamos así: baile de cifras. Es decir, ante la imposibilidad (nuestra) de saber cuánta gente había, dimos como noticia, precisamente, la variedad de percepciones.
Pero profundizo un poco más. ¿Quién decide que lo más relevante de una manifestación es cuánta gente había allí? Lo decide el periodista, sin duda. Pero, sin obviar esa parte, a lo mejor lo más relevante es lo que se dice en la misma, quién va, quién la organiza. Nosotros, por ejemplo, dimos información puntual sobre los apoyos internacionales de la manifestación, entre ellos una mujer, presidenta de United Families International, que edita un informe en el que se dice que los homosexuales son enfermos y piden al Gobierno de los Estados Unidos que invierta menos dinero en la lucha contra el Sida. Nos pareció muy relevante saber quiénes apoyaban la marcha, qué decían y pensaban. Así, a lo mejor, ofrecíamos luz acerca de la verdadera naturaleza de una manifestación de la que tuvimos que oír que "no iba contra los homosexuales".
Creo, simplemente, que tú tienes una perspectiva más conductista del periodismo que yo. De: el periodismo como lo evidente o lo mensurable mediante los sentidos. Porque al final, los titulares de La Razón y los de El País serán ambos correctos. Pero, ¿qué hay debajo? Ejemplo claro: libertaddigital.
Hola,
Desde luego no he tenido suerte porque es la primera vez que leo un blog y me he encontrado en medio de la polémica, en este fuego cruzado. La verdad es que si antes tenia ganas de iniciar un blog ahora sopesaré un poco más la idea, pues resulta un poco aterrador eso de que te fiscalicen todo lo que dices, y como lo dices.
Yo no soy periodista, ni filósofa, pero estoy de acuerdo con ambos de algún modo, la verdad objetiva no existe, cada uno interpreta, canaliza aquello que percibe de una forma singular y propia, y ni siquiera creo que siempre sea igual, pues dependerá sin duda del estado de ánimo con que lo recibió.
Así que me tomo toda esta historia como si fuera un cuento breve, sobre las dificultades intrínsecas de la comunicación escrita, si hubieran estado hablando una simple sonrisa habría deshecho la confusión. Ríamos todos un poco vale, y hagamos del mundo un sitio más amable, y menos complicado.
Un saludo, y perdon por la intrusión.
Bueno, tener un blog es publicar lo que escribas. Si no quieres que lo lean, obviamente no es buena idea tener un blog.
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