Ibarretxe en la SER

(Lo primero, a MDD, este es un post de temática nacionalista, si no te apetece, no lo leas, en breve habrá otros contenidos en el blog sobre cuestiones más mundanas)

Escuchar a Ibarretxe empieza a ser como ponerte un disco de Perales o participar en los foros de la página web de Rosa León (cosa que reconozco que hago a veces). Es decir, un ejercicio de freakismo, una adoración fetichista de la horterada y la sinrazón. Porque, al margen del dolor que me pueden producir las atracidades nazis que ha provocado el nacionalismo vasco (el más racista y etnicista de la europa actual, si excluimos Serbia), el discurso nacionalista es algo profundamente hortera. Mirad, lectores nacionalistas, os aviso, os avisa un español, para evitar que caigáis en lo mismo. El nacionalismo empieza siendo un sueño, una ilusión, y siempre acaba mal. En algún momento dado, se cobra sus víctimas. Y al final, desemboca en un pastiche hortera, oloroso, algo que hiede a queso regional y folclore barato. Se empieza con la virgen del Pilar y se termina en el landismo. Y al final de todo el proceso, uno desemboca en los centros comerciales, en la UE y en aprender inglés. Soy escéptico de la nación, como lo soy de la familia. No es casual que en el Estatut haya tantas alusiones a la familia. La biopolítica... se llama. Los resortes mediante el cual el poder trata de estructurar no sólo la vida pública, sino la privada. Que la catalanidad o la vasquidad sea genética, hereditaria. En España hemos tenido ese modelo familia Opus. En fin, vosotros sabréis.

Vamos a lo que ha dicho el Lendakari (o jefe de la tribu)

Ibarretxe ha dicho hoy que el pueblo vasco existe, y que tiene más de 7.000 años. Y que en el futuro de la humanidad, los estados se habrán transformado etc, etc, pero ellos seguirán ahí, con el txakoli y el queso de idiazábal. El discurso de Ibarretxe huele a queso de idiazábal y vaca.

También ha dicho que ese ente mágico y sobrenatural que es el 'pueblo vasco' es soberano y que no tiene por qué ajustarse a la Constitucion de Madrid, de Zapatero y de Rajoy.

Ha dicho que Batasuna debe participar en la democracia, porque eso de ilegalizar ideas no 'ta bien'. Claro que olvida que está peor matar a las ideas con un tiro en la nuca, o acallarlas con la extorsión. Pero para Ibarretxe eso no son ideas, sino blasfemias contra la sangre del pueblo.

Y ahora lanzo mi tesis. Cuando oigo a este bárbaro me dan ganas de que, efectivamente, se vayan de aquí de una puñetera vez. Y es entonces cuando me doy cuenta de que por ahí van los 'tiros', en que el papel de Ibarretxe, del macho que defiende a la tribu, es oler mucho, y muy fuerte, a queso de idiazábal y campo del Goierri, a hombre vasco de las montañas, para que su hedor nos convenza de que, efectivamente, con la tribu de los irreductibles mejor no mezclarse.

De modo que una de dos, o nos ponemos máscaras antigás, o levantamos el campamento de la aldea.