lunes, abril 21, 2008

El 68 cumple 40

El mayo del 68 cumple 40 años. La ola libertaria que sacudió al mundo al grito de “prohibido prohibir” llega, por tanto, a su madurez. Y pese a los intentos de la derecha neoconservadora de enterrar aquel espíritu, al que acusan de estar en el origen del “terrorismo” (todo es terrorismo para ellos), es ahora, 40 años después, cuando se hacen realidad muchos de aquellos sueños.

La preocupación ecologista, el feminismo, los movimientos de liberación gay, el credo antirracista o el pacifismo no son expresiones de “buenismo” ingenuo, sino auténticos caballos de batalla de la modernidad. El 68 no fue liberal, ni comunista, ni socialdemócrata. No tiene una ideología reductible a siglas partidarias, pero tiene autores: desde Marcuse a Sartre, pasando por Michel Foucault o Gilles Deleuze; tiene héroes: Daniel el Terrible; y tiene víctimas, en las revueltas de México, en las de París, Berkeley o Berlín.

Y como toda utopía que se precie, añadiría, tiene también sus traidores: en Francia, con los mediáticos Glucksmann o Henri Lévy; en España, donde la nómina de arrepentidos incluye a gentes tan dispersas como Gabriel Albiac, Federico Jiménez Losantos, Fernando Savater y hasta Antonio Muñoz Molina, todos ellos muy preocupados ahora por la Unidad de España y distribuyendo sus filias políticas entre el PP y UPyD.

Lo más interesante es que el 68 ha sobrevivido al 68. Más allá del guevarismo y los graffiti, del happenning y la ‘Nouvelle vague’, de las comunas sin comunismo y las drogas sin conciencia. Más allá de sus detractores y sus renegados, del 68 persiste el aliento de cambio, la obstinada fe en la justicia social y la liberación de los individuos. . “Seamos realistas, pidamos lo imposible”, rezaba uno de sus eslóganes. ¿Acaso podemos prescindir de ese anhelo?

Aquel temblor cósmico que sacudió París, Tokio o Berkeley no sucumbe a sus intentos de negación de Sarkozys o Berlusconnis. Y creo que ha encontrado en la España actual una de sus mejores realizaciones políticas, 40 años después.

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