martes, abril 26, 2005

Ibarretzinger

Publicado en diarioDirecto el 20 de abril de 2005. Antonio Asencio.

Desgraciadamente, corren buenos tiempos para las ortodoxias ideológicas. El mundo tiene a Ratzinger, un dictador de la moral, y el País Vasco tiene a Ibarretxe, un tirano de la nacionalidad. Qué peligro. Siempre me asustaron los políticos, las personalidades iluminadas que vienen al mundo a cumplir una misión y quedar en la historia. No, mire usted, yo no quiero que usted me salve de nada. Déjeme a mí tranquilo con mi libertad, con mi identidad, ese último reducto que sólo quiero compartir conmigo o mis íntimos, y arrégleme usted la acera de la calle, o póngame un ambulatorio en condiciones. Pero no gestione mi ser, mi moral, mi culpa o mi orgullo. No, por favor. Con unas leyes comunes y laicas, me basta. Y que cada uno en su casa crea en lo que quiera.

No, no me gusta la elección de Ratzinger. Lo digo con respeto, con discreción: Ratzinger es dogmático, excesivamente conservador: un teólogo sin matices, de una sola dirección. Inflexible. Es preocupante el efecto que pueden tener las tesis de Ratzinger en continentes como África o América Latina, que más que dogmas morales anticuados necesitan desarrollo económico y humano, conocimiento científico, y sobre todo, preservativos para detener el Sida. Es preocupante la radicalización que ciertos sectores del catolicismo en España pueden adquirir contra las necesarias reformas en materia de política social del actual gobierno: investigación con células madre, equiparación de derechos de homosexuales o agilización de los trámites del divorcio.

Ibarretxe es como Ratzinger. Qué pesado. Tiene su cruzada, su plan, su camino mesiánico con el que pretende salvar a un "pueblo histórico". Espero que los aires de consenso, de convivencia, de pluralidad, y sobre todo, de respeto a la libertad del individuo no se queden sólo en la Moncloa. Ninguna comunidad o nación, ninguna pléyade de fieles con el alma formateada con los códigos de un credo o bandera, deberán quitarnos nuestra libertad, nuestra individualidad. Y que me llamen relativista. Amén.

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1 Comments:

Blogger Roberto Iza Valdés said...

Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

1:44 a. m.  

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