Desde 4 Caminos el mundo es otro
Susurrar palabras a un remolino sin rumbo. Remolonear camastros a este lado del cristal. Zarandear las sábanas, las sílabas, las síncopas. Estoy en Madrid, solo, sin hijos, sin padres ni madres, soldado de la soledad, en un espacio que no tiene frío, porque el frío está en mí y está fuera. Me siento un heterónimo falso de Pessoa, que escribe lo ya escrito -papel mojado- por un autor que también tiene frío dentro de mí, y deshoja palabras en mis labios: "Soy los alrededores de una ciudad que no existe, el comentario prolijo a un libro que no se ha escrito. No soy nadie, no soy nada."
Pero la calle Maudes persiste-insiste en su oscuridad. Y la noche se abre... Y la noche, como decía la canción, pertenece a los amantes. Nos pertenece a nosotros, a mí y a mi heterónimo, que resume las vidas que en cada instante me estoy perdiendo.
PD: Felicidades, Segolenne.
1 Comments:
Hola Antonio, adoro tus palabras y me siento en la obligación de pedirte que no pares de escribir, cada noche leo tus comentarios y por un segundo siento mi corazón lleno con tus palabras.
La soledad hasta ahora habia sido mi compañero más fiel, me alegra que hayas entrado en mi vida y poder conectar con tu alma.
Como siempre, como cada noche: hasta esta noche.
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