martes, octubre 28, 2008

Estar o no estar

Al PP la crisis financiera internacional le ha pillado a contrapié en todas sus etapas, pero especialmente torpe ha estado la derecha ante la iniciativa de Zapatero de mover ficha para estar en el G-8 ampliado. Rajoy tenía “a huevo” haberse adelantado, y haber pedido al Presidente que hiciera valer el peso internacional de España para acudir a la cumbre.

Si el PP se hubiese adelantado, cualquier resultado les hubiese favorecido. Porque si el Presidente se negaba, era un timorato, un dirigente incapaz de proponerse grandes retos. Si Zapatero accedía a intentarlo, pero no lo conseguía, la derecha podría haber hacer sangre con la política exterior y de alianzas del Gobierno. Y si Zapatero lo intentaba y lo conseguía, el PP compartiría medalla con el Gobierno, apareciendo como un Partido responsable y colaborador en tiempos de crisis, y capaz de lanzar buenas propuestas.

La relación coste-beneficio de adelantarse era muy alta para cualquiera de los dos partidos, pero es mucho lo que el PP ha pedido con esta distracción. De entrada, ZP ha recuperado el protagonismo político y se ha sacudido el estigma de inacción que el PP trataba de endosarle. ¿A cambio de qué? En apariencia, Zapatero corre el riesgo de fracasar y dilapidar su crédito político. Pero sólo en apariencia. Se trata de una apuesta personal, muy medida, que difícilmente se volverá contra él, por varios motivos.

Por una parte, el PP se ve en la obligación de apoyar, por patriotismo, la decisión del Presidente, y después de que Rajoy haya dicho que el desfile de las fuerzas armadas era un “coñazo”, no están para más flaquezas en este ámbito. Ya les perjudica el hecho de que estén apoyando a Zapatero a regañadientes. ¿Por qué Rajoy no hace valer su amistad con Sarkozy y Angela Merkel para ayudar al Presidente? ¿Por qué Aznar, tan hiperactivo contra la lucha contra el cambio climático, no telefonea a su amigo Bush? ¿Dónde está la elevación del PP por encima de los intereses partidistas y su trabajo por que España logre algo de vital importancia en estos momentos? ¿Desea, acaso no muy secretamente, el PP que el Gobierno fracase?

Por otra parte, si la operación sale, será un éxito casi exclusivo de Zapatero. Y si fracasa, Rajoy lo tendrá complicado para criticar algo que ellos mismos no consiguieron, foto de Azores y Guerra de Irak mediantes.

Efectivamente, el Gobierno ha hecho lo que tenía que hacer. La cuestión, ahora, es estar o no estar. En un mundo sacudido por los temblores del sistema financiero; un mundo que se reordena, que cambia las fronteras de sus alianzas y sus bloques de poder, con el gigante asiático agitándose, la cuestión no es ser o no ser, sino estar o no estar. Buscar el escenario adecuado, y saltar a él. Estar en el G-8 ampliado o en el organismo que se cree, con las naciones emergentes. Estar es una posibilidad, pero también una necesidad. Y es una aspiración legítima, a cuyo logro todos deben ayudar.

Artículo original en El Plural

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