La victoria ética
El voto útil es el que sale, sí. El que no se pierde en la sombra de una ley electoral injusta, sumando diputados sin nombre en el Congreso de lo imposible. El voto útil es el que brilla sin querer, el afortunado, el ganador. El voto de masas, el voto que puede, el que decide, frente al voto que quiere, el voto inmaculado de poder y cargado de las mejores intenciones.
Frente al voto utópico, el voto útil es antipático. Tiene mala fama. Es desagradable. Es realista. Pero en estas elecciones el voto al PSOE no ha sido útil, sino ético. Porque votar frente a quienes manipulan y retuercen el dolor de las víctimas para ganar elecciones, es votar éticamente. Porque votar frente a quienes instigan el racismo olvidando hipócritamente sus credos cristianos, es un votar éticamente. Porque votar contra los portavoces radiofónicos de la catástrofe, que dividen mañana sí, mañana también, a los españoles en trincheras de rencor, es votar éticamente.
No. Hoy no me resigno a una victoria real, a un mal menor. Hoy la victoria del PSOE es moral. Porque es la victoria de un país mejor. El nuestro, el que ha ganado. El país que no insulta al diferente ni olvida que algún día fue emigrante, que convive sin crispar, que no juzga el amor de nadie, que no llama asesinas a las mujeres que deciden su destino, que sonríe ante las oscuras profecías de los Roucos que quieren alicatarnos el alma de pecados.
Hoy, sí. Hoy hemos ganado. De verdad.
Artículo original en El Plural
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