lunes, enero 30, 2006

Cronología del cuero cabelludo

Cuando llegué a Madrid, la ciudad vivía una especie de nostalgia pueril por lo que había sido la Movida y miraba, con bastante envidia, a Barcelona. Los 90 fueran de Barcelona, hay que reconocerlo: las Olimpiadas dejaron una ciudad brillante, moderna, abierta al mar y al mundo, un lugar en el que todo era de diseño y Europa se bañaba en el mediterráneo. La Movida, tierra adentro, se había apagado en un lento olvido de decadencia, enfermedades y drogas, Álvarez del Manzano destrozó cualquier iniciativa cultural y llenó la capital de chirimbolos del peor gusto y, en general, en apariencia, todo era confuso y algo tristón. Digo "algo", o "en apariencia", porque con cierta perspectiva te das cuenta de que las cosas no eran como realmente aparentaban ser. Aquí ya no hay nada. Todo está ahora en Barcelona. Fíjate qué casposo es todo aquí. Y el folclórico este en la alcaldía... ¡Manda huevos! Se odía decir a cualquier moderno nostálgico por los aledaños de Fuencarral. "Madrid ha muerto"... escribió en 1999, a modo de novela elegíaca, un Luis Antonio de Villena que se dejaba ver por los tugurios más o menos truculentos.

Yo teía 18 ó 19 años y ahora que esa etapa ha concluido puedo pintar un poco mejor aquellas noches, aquellos días de aparente decadencia. Los locales no tenían hora de cierre y era posible amanecer en cualquiera de ellos. Después de aquello, había aún más locales a-legales, dispuestos a acogerte, a ti y a cualquier cosa que se moviera por la calle. La moda era confusa, pero estraordinariamente divertida y libre: los últimos heavies se mezclaban con pijos y bakaladeros y surgía una nueva estética con fuerza: lo tecno y lo ciberpunk. De repente, la noche de Madrid se llenó de jóvenes que se pintaban los pelos de colores fluorescentes, que se ponían piercigns en los lugares más insospechados y rodeaban sus cuellos con collares de perro. Pantalones anchos, estética militar, camisetas de fútbol: de la naranja mecánica, la selección holandesa. La consigna era bailar y olvidar, conocerse todos los clubs, tomarse todas las pastillas y ligar si aún tenías conciencia. En el ligue, todo valía, cualquier opción, cualquier combinación, cualquier lugar. Sin prejuicios. La petarda de Lucía Etxebarría narra bien los ambientes y las atmósferas de aquellos momentos, aunque sus historias sean mucho menos interesantes de las que ocurrían en la realidad. Recuerdo un local cutre y oscuro, el Papillon, en pleno barrio de Chueca, donde era posible encontrarte, por igual, a alguna actriz de televisión con alguna raya de coca de más, o a un travesti, o a un tipo rapado y embutido en cueros, o a un chapero, y por supuesto, a varios camellos oportunistas capaces de vender su alma por dos duros. A veces, la noche podía ser directamente estúpida: locales en los que terminar bailando "Estoy llorando por ti" con la drag-queen más barata. A veces, extrañamente pretenciosa, en la Sala Maravillas, escuchando y bailando un brit-pop infumable. La ciudad estaba hecha una mierda, más llena de zanjas que ahora, pero eso no impedía que se realizasen macro-botellones que, a veces, terminaban en una kale-borroka brutal con la policía. Un nihilismo en el que una cosa estaba clara: casi todo estaba permitido y salir era una aventura con un único fin: lo que fuera. Sin orden, ni dicho sea de paso, conciertos de interés. En la exaltación de la inconsciencia y el pasotismo se puso de moda, después de salir, si no se terminaba en algún antro peor o en alguna cama ajena, ir a desayunar al Iberia, un bar cutre de putas, taxistas y policías que sigue existiendo, pero en una versión reformada e higiénica, en la plaza de San Bernardo. Era la exaltación hispana de la mancha de aceite y la tragaperra que redimía de los láser, el tecno y las anfetaminas. No quedó casi nada de interés. Películas como "Más que amor, frenesí", o "No me hables de los hombres que me pongo atómica", con Cayetana Guillén Cuervo surcando Madrid con los pelos pintados de azul, dan cuenta de aquel Madrid de transición, entre la nostalgia y la celebración inconsciente.


Hoy Madrid es una ciudad bastante más de moda, más brillante, más ordenada, sin botellón, ni casi drogas, con locales sin humo y con Gallardón inaugurando teatros.

La ministra de cultura, ayer, en los Goya



Iba de Agata Ruiz de la Prada

sábado, enero 28, 2006

La provincia de Madrid

He estado más de siete años viviendo en Madrid, pero ayer, en plena Castellana, volví a sentirme como un recién llegado. Noté la provincia acomplejada en mi cogote, como cuando uno llega por primera vez y mira los rascacielos de Cuzco o las cúpulas de la Gran Vía. Impresión falsa que enseguida lo reconcilia a uno con el Madrid cálido y provinciano que late tras la fachada de la megalópolis, un Madrid de chocolate caliente y plaza de pueblo, un Madrid de adoquín y tejado que estrechea castellano hacia dentro, con hambre de meseta y sed de carajillo. La provincia se la inventó Madrid, que siempre quiso proyectar sus grandes ministerios allá en las lejanías, y a golpe de Ley orgánica ordenó una España de Diputaciones, Ayuntamientos y Juntas de Distrito, unas administraciones de pasillos y ventanillas y sellos que engullen a los paisanos con sus organigramas de burócratas cansinos. Aquí un cortado, José Luis. Decimos bar adentro, y ya estamos en ese otro Madrid. Doblamos una esquina de la Castellana, perdemos de vista la escenografía vertical de empresas y bancos, de grandes aseguradoras que le echan a este país imposible el último cerrojazo de tranquilidad, y nos encontramos con nuestro pueblo, con nuestro bar, con nuestro periódico de mancha de leche opinado con pereza por todo el barrio. Madrid es el pacto de los provincianos que necesitamos una capital que nos acoja en su seno de piedra y papel. Fue la prosa de grumos de Baroja y la letra escatológica de Cela. Madrid fue, alguna vez, un premio literario para los escribanos que querían escribir España.

Los segundos se resbalan como el aceite por las estrías del churro. Las mañanas madrileñas te acogen con su mullido colchón de rutina y despacho: mañanas que sueñan, desde su archivo y su pasillo, gestionar la anchura de una España de difusas costuras y, a veces, cariacontecida, se olvidan de España. Y entonces, España lejana e inimaginable, atrapada en un siglo XIX que nunca se terminó de terminar, es una enorme pronvicia resumida en Madrid.

viernes, enero 27, 2006

Suprimo un comentario y pido disculpas

He decidido eliminar mi comentario titulado ¿Por qué le ha salido bien el Estatut a Zapatero y Rubalcaba? en el que citaba comentarios aparecidos en una web próxima a ERC, bastante indigandos con el pacto PSOE-CiU. Esta glosa, y el comentario que añadía abajo animando irónicamente a los descontentos con el Estatut a votarlo en contra es impropio de mí, fueron una grosería injustificable y pido disculpas a quien haya podido molestar. Creo, con cierta perspectiva, que este tema ya nos ha desgastado a todos demasiado y hacer leña del árbol caído está fuera de lugar. No voy a excusarme alegando al daño emocional que, a muchas personas que hemos votado a Zapatero, han provado muchas palabras y acciones de ERC. Disentir sí, mofarse, vengarse y dar rienda suelta a sentimientos revanchistas, no. No lo podemos permitir, por muchas tentaciones que tengamos. Los votantes de ERC o sencillamente las personas a quienes el resultado de la negociación haya podido defraudar merecen, desde la distancia ideológica y política tal vez insalvable que nos separa, todo mi respeto.

jueves, enero 26, 2006

Webs institucionales, caos público

Una institución, una página web. Los organismos públicos no existen si el Google no los indexa. Pero los organismos se bifurcan, dividen, ramifican en sub-organismos, sub-categorías: una hiperespecialización que ya previó Max Weber en su estudios sobre la burocracia y Deleuze resumió en el concepto de rizoma. Lo público acaba siendo un pantano confuso interconectado de las maneras más insospechadas. Entonces, la ecuación una institución=una página web no se cumple. Más valdría decir x instituciones=x páginas webs. Habrá una página web del Ayuntamiento de la ciudad, otra de la Diputación...etc. Pero luego, dentro del área del Ayuntamiento, habrá una web para el área de turismo, otra para la de medio ambiente. Cada institución asociada al Ayuntamiento tendrá la suya propia. La Delegación de Turismo, el área de turismo de la Diputación y el del Auyuntamiento tendrán webs distintas, y además, habrá otras impulsadas por la Comunidad Autónoma para esa ciudad, otra impulsada por el área de promoción económica...etc.

Me pongo a pensar en todo esto porque he visitado un invento bastante mediocre llamado: http://www.malagaturismo.com/home.jsp que está impulsado por http://www.ayto-malaga.es/Turismo/default.html. Coño, qué paradójico. ¿Por qué dos malas cuando se podría tener una buena? Pero es que, además, estas dos páginas habrán costado un buen dinerito (unos 3000 euros cada una, como mínimo) costeadas con dinero público, y resulta que la primera de las dos tiene menos visitas que este blog según el buscador y medidor Alexa, de modo que la deben visitar unas 10 personas al día de media. Y mi blog me sale gratis y es mucho más divertido, dónde va a parar. Si encima te metes en Google y pones Málaga + Turismo la susodicha página institucional, pagada, lanzada y preparada no aparece ni en la primera página, donde surgen otras "Málaga turismo" como http://www.webmalaga.com/turismo, http://www.guiri.net/malaga_cityinfo/index_es.asp, http://www.malaga.es/provincia/. Los privados me dan igual, me interesan los públicos. ¿Cuántas páginas se están creando desde la instituciones, cuánto dinero se invierte en ellas, para qué sirve, con qué criterios se hacen y cuánta gente las visita?

Me hago esta reflexión: por una ecología de la información. Frente a la conurbación informacional, irracional, impulsiva, derrochadora e ineficaz, propongo un desarrollo sostenible y equilibrado de la información. Que integren la información, que la planifiquen un poco mejor las instituciones implicadas, sobre todo las importantes, que busquen la utilidad y que no despilfarren sólo con el objetivo de hacer una nueva rueda de prensa para mostrar la nueva web de la subdelegación de Hacienda o la Gerencia Municipal de Urbanismo. Soy un firm defensor de la utilización de Internet como herramienta para la creación de un espacio de lo público, como lugar de encuentro entre Administración y ciudadano. De lo que no soy partidario es de la creación desestructurada y por que sí de cuantas más páginas mejor. Eso no sirve para nada.

lunes, enero 23, 2006

Rubalcaba: cuestión de táctica

Este tío es un crack. Habrá que reconocerle a Alfredo Pérez Rubalcaba ser uno de los mejores negociadores de la historia de España, y de paso, de haber salvado los muebles para el PSOE para muchos años, lo cual es más meritorio aún y de lo que le podemos estar muy agradecidos. Previsiblemente el Estatut se aprobará sin mayores problemas, el PP armará todo el escándalo que pueda (llevándolo al Constitucional) y de aquí a unos meses la gente se habrá olvidado. La duda está en saber qué grado de desgaste habrá ocasionado en el PSOE y el Gobierno. Cuando el texto llegó a Madrid, todos temíamos que, por sí sólo, el proyecto pudiera hundir a Zapatero. Viendo el resultado, podemos concluir que tal vez el desgaste esté neutralizado y que incluso el Ejecutivo pueda salir reforzado. Aún es pronto. Pero en clave de análisis creo que una de las claves de que esto haya salido bastante bien para el Gobierno ha sido la negociación que ha llevado a cabo Rubalcaba, y puedo explicar por qué.

El texto llegaba a Madrid con el 90% de apoyo del Parlamento catalán y aterrizó en una circunstancia bastante esquizofrénica: por un lado, el propio PSOE, a través de Zapatero, animó la reforma, con el propósito de que sirviera de motor a la reforma política general que tiene el presidente en la cabeza y que incluye, estratégicamente, al País Vasco. Y no olvidemos que en un clima de reforma generalizada, el PP no se mueve a gusto. A corto plazo saca tajada porque criticar y asustar es fácil. Pero las legislaturas duran 4 años y van quemando cartuchos. Además, era una ocasión inmejorable para acercar posturas con CiU e ir desactivando la influencia de ERC y una oportunidad para tener contentos a los catalanes durante unos cuantos años. Esto por un lado. Por el otro, parte del propio PSOE se oponía (y en el fondo se oponen, aunque se disimule) a la reforma. Suele coincidir, más o menos, con el antiguo sector guerrista, más jacobino y tradicional, encabezados por Ibarra, pero seguidos por Leguina, Simancas...etc. Chaves lideró una vía moderada que calmaba a los críticos, al tiempo que servía de coartada a Rubalcaba para poner líneas rojas al Estatut: la opinión de Chaves, el moderado, el presidente de la Comunidad Autónoma más poblada, debía tenerse en cuenta.

El espacio para maniobrar era muy estrecho. Por un lado, cuatro partidos. Por otro, el Gobierno con un interlocutor: Rubalcaba. Desde el principio, el interlocutor del PSOE sabía que el Gobierno no podía aceptar un Estatut inconstitucional, porque de lo contrario el PP lo llevaría al Tribunal, ganaría y el Gobierno haría ridículo. Y encima no habría Estatut. La constitucionalidad pasaba, fundamentalmente, por sacar la definición de Cataluña como nación del articulado y por corregir la financiación. Chaves puso la marca: el 50% del IRPF. Esto era muy importante porque, desde el punto de vista simbólico, si Chaves acepta una determinada financiación se desarma la acusación de que el texto es insolidario. Andalucía es la marca inversa de la solidaridad en el reparto del dinero que pueda provocar la reforma de la financiación. El cuatripartido rechazaba lo referido al término nación y que la financiación fuese el 50 %, como planteaba el PSOE. La estrategia consistía en debilitar la capacidad negociadora del cuatripartito, ¿cómo hacerlo, cuando además el tiempo corría en contra del Gobierno? Rubalcaba, que es el mejor estratega político que hay en este país, lo vio claro: combinando negociaciones multilaterales Gobiernos-cuatripartito con negociaciones bilaterales entre el Gobierno y cada uno de los partidos catalanes. Éstas últimas negociaciones bilaterales le permitirían reunir información que sólo el Gobierno tendría, sumando ventaja sobre cada uno de los interlocutores, que además, generaron recelos entre sí. En toda negociación hay una "materia negociable", o intercambiable, y otra que no lo es. De lo que se trata, para maximizar tu beneficio, es de que la parte contraria no sepa cuál es cada una, y piense que la parte no negociable es mayor de lo que realmente es. Que una parte otorgue lo máximo que pueda ofrecer en detrimento de su mínimo previo, o viceversa, es lo que podemos llamar ganar o perder en un proceso de negociación. Un frente fuerte nacionalista, unido, sería mucho más reacio a "ceder" y dar por buenas las líneas rojas del Gobierno. Trocear la negociación permitía al Gobierno tres cosas: ir adaptando esta "subasta" con cada uno de los grupos, conocer qué diferentes líneas rojas tenía cada grupo (y jugar con esa ventaja) y, además, posibilitaría sortear el escollo más importante del proceso: CiU, que buscaba un tratamiento diferenciado. Con el PSC de acuerdo, el apretón de manos con CiU supondría el final de la negociación en tanto en cuanto que la aprobación estaría asegurada y la pataleta final de ERC, más que prevista, no tendría efecto, y además beneficiaría a todos. Al Gobierno, porque le haría aparecer como ganador al haber llevado el texto a su terreno, ya que ERC es un partido independentista y su crítica al texto resultante garantizaría la constitucionalidad del mismo; a CiU, que aparece como salvadora y como interlocutor final, profundizando en su carácter nacionalista, pero pragmático ("es lo mejor que podíamos conseguir para Cataluña"); y a la propia ERC, ya que los posiciona donde les interesa, un paso más allá de CiU en pureza nacionalista. ICV, en este caso, apena ha tenido protagonismo por una mera cuestión de tamaño político y de su ambivalencia ideológica, situada en un grado intermedio entre PSC y ERC.

Al final, hay que examinar el resultado. El término nación no aparece en el articulado, donde se respeta la fórmula jurídica del anterior Estatut y eso dificultará mucho al PP su crítica, sino en el preámbulo, y transformado en una descripción política, más que jurídica, bastante en consonancia con la realidad política catalana. La recaudación de impuestos se limita al 50% del IRPF, que es lo que pedía Chaves. Objetivos cumplidos. De todas las opciones, este texto está en la mejor de ellas para los intereses del Gobierno y del PSOE. Creo que también para los de los catalanes, pero es algo que deberían decir ellos. Si no hubiese sido así, el texto habría sido devuelto, el PSOE habría salvado los muebles de cara al electorado más conservador o más centrista de sus votantes, pero tendría un problema con el PSC y con su socio, ERC. Nada de esto hubiese sido castastrófico, forma parte de la democracia. Si el PSOE hubiera sido más débil, si el Gobierno hubiera tenido un negociador menos experto, con menos aguante, el Estatuto sería más parecido al salido de Cataluña. Los partidos catalanes podrían festejar esta victoria parcial, pero a cambio se habrían encontrado a un PSOE deshauciado o expuesto a todo tipo de desgaste final. Otro problema es que, encima, el texto podría haber sido invalidado por el Constitucional. Y repito, no se acabaría el mundo. Pero hoy estoy feliz. En fin, esto es democracia, esto es política: negociación. Tiene mucho de gestión, de ideología, pero no lo neguemos, de habilidad, de técnica, de astucia. CiU ha firmado, el PSC ha firmado, ICV ha firmado y ERC, tras la pataleta mediática necesaria, previsiblemente firmará. Sinceramente, es un día feliz, feliz, feliz.

Hoy, Rubalcaba ha allanado el camino para que Zapatero dure más, y creo que debemos reconocérselo.

viernes, enero 20, 2006

Tokio Blues, Norwegian Wood

En esta irregular fase lectora que atravieso (mezclo los libros de la tesis con hiperdocumentos, poemas leídos por Internet y novelas que devoro a ratos desordenados) ha caído una novela llamada Tokio blues, Norwegian Wood, del japonés Haruki Marukami. Al parecer, está siendo un tremendo éxito mundial en ventas y la crítica no se ha portado mal con ella. Daré mi impresión.

Tokio blues se construye a sí misma sobre un doble propósito: el de ser, por un lado, una novela engastada en el género de "aprendizaje", una historia de juventud en la que el protagonista -el joven Watanabe- descubre el sexo, el amor, la soledad y el abismo y, por otro, el retrato coral de un determinado tipo de modernidad: el temblor y la revolución de costumbres que sacudió al mundo en 1968. La novela se da paso a sí misma como un recuerdo: Watanabe, 18 años después, en un aeropuerto de Amsterdam, escucha Norwegian Wood, de los Beatles, y como un fogonazo emergen, de golpe, los años de su juventud, aquellos que comienzan con el suicidio de su mejor amigo y que continúan con su marcha a Tokio, a la Universidad. Watanabe sigue manteniendo la amistad con la que fuera novia de su mejor amigo, Naoko, una chica bella y traumatizada que simboliza la fragilidad de la existencia, la belleza como herida, como pureza casi inalcanzable, la imposibilidad de dominar la emoción y, sobre todo, de olvidar la tragedia. Watanabe se enamora de Naoko, pero ella, ingresada en una residencia para enfermos mentales, es incapaz de abrirse a un nuevo tipo de vida. Paralelamente, Watanabe vive los años livianos de la Universidad, experimentando el descubrimiento desenfadado del sexo con desconocidas y los abismos posteriores, mezclando el alcohol y la literatura, viviendo la amistad cuando ésta aún asume una inocencia indulgente que nos posibilita gozar y conocer una diversidad radical de psicologías y éticas: una apertura al mundo basado en la tabula rasa, en la mirada limpia del adolescente que prefiere absorber a juzgar, experimentar a negar. El sí, al no. Y frente a su "sí", está Naoko, el "no". Refugiada, rodeada de muros que contienen su tristeza: Naoko es ajena a la vida que se afirma en la respiración de Watanabe.

Y Watanabe, perido por los tejidos de una confusa vida universitaria, a la deriva en un mundo que escucha a los Beatles y que lee novelas de Scott Fitgerald (sombra literaria que inaugura el desfile de referencias del texto), termina dando con Midori, una chica con otra dura historia detrás, pero opuesta a Naoko. Apegada a la existencia, decide habitar el mundo adherida físicamente a él, dejando que por sus venas transiten la sensualidad y el dolor, el amor, el sexo y el desengaño. Sin culpas ni melancolías. Naoko, finalmente, se suicida. Watanabe vuelve a sentir el vacío existencial que le atormentó cuando su mejor amigo, que fuera primer novio de Naoko, terminase con su vida. Sin embargo, Watanabe decide apostar por Midori, vivir con la muerte como una parte de la vida, no como su fin trágico, y seguir diciendo sí.

En Tokio blues una incógnita recorre la novela: ¿Quién es Watanabe? Sabemos poco de Watanabe, incluso aunque el narrador, en primera persona, se dé paso a sí mismo desde la distancia del tiempo. Este recurso, que hubiese podido justificar el análisis -o mero abordaje- de la materia de la memoria, que podría haber convertido el recuerdo en su propio relato a la manera de una Recherche, sin embardo, parece sustituible, un mero artefacto blanco y azaroso. En este sentido, Watanabe es un cúmulo de circunstancias, de episodios yuxtapuestos más o menos logrados. Tokio blues es planteada como el recorrido psicológico de un joven trenzado en los vaivenes la vida, pero termina naufragando en un esbozo sin contenido, convirtiendo a Watanabe en una excusa, un punto cerrado que hilvana las historias que se suceden a su alrededor, pero que termina disolviéndose en un mero descriptor de lo ajeno, un espectador que, dentro del texto con el que pretende interactuar, sólo logra imponerse reivindicando su nombre, Watanabe, inmerso en una maraña de relaciones sexuales que casi podrían resumir su existencia bajo la fórmula, y con perdón de Descartes, en un "yo follo, luego existo". La primera persona es el artilugio falsamente unificador de una psicología que no existe, de una mirada que no hay. Lo que más molesta de Tokio blues es que la delgadez del personaje no es una construcción por sustracción, no es una inexistencia literaria, no es un descenso a la nada, sino, sencillamente, una excusa articuladora, hueso sin carne.

Un cúmulo de historias más o menos interesantes, una descripción ágil y certera de un momento, 1968-1970, y un lugar, el Japón abierto a la modernidad, joven y occidentalizado, hubiesen requerido de un joven un poco más carismático. O más existente. Aunque no sea demasiado, al menos igualado a las Naoko y Midori con las que se relaciona. Tokio blues hubiese sido, seguro, una balada de nostalgia de las que marcan una época y resucitan la historia de aquella generación perdida. Nos quedaremos con algo más modesto.

PD: (Para Nacho) Tengo a Roth en la mesilla de noche tardará poco en caer, pero necesito un poco de tiempo porque para leer en inglés me gusta hacerlo con un diccionario cerca.

miércoles, enero 18, 2006

Héroe del silencio

Camino solo por calles húmedas. Disfrazado de mí, pero anónimo, a veces las ciudades te conceden no conocerte, serles ajeno. Los recuerdos no acuden: no hay pasado, sólo el horizonte austero y azul de un silencio continuo, de una inauguración tranquila. Todo es nuevo, paisaje espaciado donde lo inédito ocupa su lugar. Mis ojos sorprendidos no recuerdan, me hablan. Nunca besaste a nadie en aquel portal, ni lanzaste una mirada furtiva a ningún amable desconocido en ese callejón, ni hubo palabras cargadas de promesas en aquel café donde se agitan extraños que nunca viste antes. No entraste jamás en la librería del rincón oscuro para comprar un libro que te cambió la vida. No leíste poemas, entre cigarrillos lentos, bajo los muros de la Alcazaba, helado por los vientos fugitivos que no pueden subir por las lomas del tiempo y, traen aromas del pasado. No te enamoraste. No diste tu primer beso en ninguna orilla fría, ni sentiste el frío de unos labios adolescentes en el frío de una larga noche junto al mar que, dicen, es más antiguo que la ciudad. No. Todo es nuevo hoy. Hoy se inaugura el mundo, y la ciudad está suturada con placas de silencio, construida con olvidos implacables, con avenidas transparentes y plazas acristaladas. Hoy decidí nacer. Hoy sólo seré el resultado de una sustracción, de una resta. Hoy, un héroe del silencio.

martes, enero 17, 2006

Idealismo vs pragmatismo

Ayer vi una entrevista en televisión (en Canal Cuatro) que me hizo interpretar, en clave generacional, un cambio en la forma de concebir nuestro mundo. El entrevistador era Iñaki Gabilondo, y el entrevistado, Daniel Baremboin, el pianista y director de orquesta argentino (judío) que, con su música, está recorriendo el mundo con el firme propósito de unir a dos partes irreconciliables en un proceso sangriento: palestinos e israelíes.

Baremboin hablaba de comprensión mutua, de la necesidad de diálogo entre los dos pueblos, de las bondades de la cultura. "¿Por qué en Israel no se enseña el árabe como segundo idioma? ¿Qué sabemos los judíos de la cultura árabe, de su música, de su literatura?". Miraba a Baremboin: veía a un hombre de unos sesenta años que ha leído a Habermas, que tal vez soñó con Willy Brandt y con el proyecto europeo. Veía a un hombre de razón, lógico. Su forma, incluso, de concebir la belleza es una mezcla, un diálogo entre pasión y razón. La pasión para entendernos a nosotros mismos, para la introspección, pero acotada por la razón surgida de sí misma (y no por la tragedia de la existencia, su verdadera frontera), herramienta que nos salvará, que nos guiará con su luz universal.

Frente a él, Gabilondo. El periodista-humanista, el español comprometido: lector de Ortega y Gasset y de Eugenio d'Ors, predicador de la concordia y el diálogo con los irreductibles nacionalistas, con la indomesticable derecha. Reconciliador nacional, hombre de la cultura y la ilustración. 63 años.

Los dos, hijos del neokantismo, de los universales éticos. La ética, primero pensada, razonada, universalizada, y luego, aplicada. Los dos, hijos del proyecto, el gran proyecto de occidente: el estado final, hegeliano, del bienestar absoluto. Creo que los tiempos viajan en dirección contraria. El idealismo ético no tiene aplicación hoy día en un mundo de caos, en una sociedad del riesgo y lo inesperado: de la diseminación. Pensar que el conflicto palestino-israelí se puede arreglar con ese "buenismo" universalista es la idea de mi padre, socialdemócrata ortodoxo que hace lo que puede para adaptarse a los cambios de hoy. Me conmueve esa ingenuidad bienintencionada. Frente a esta visión filosófica continental (cartesiana, kantiana, habermasiana), estaría la empirista, anglosajona: pragmatista. La razón emana de la experiencia. Primero observar: luego, actuar, buscando la maximización del beneficio, eligiendo entre lo mejor posible, aunque esto implique, por ejemplo, un bombardeo, o un pacto con el diablo. La razón deja de ser universal para ser local, aplicada, sin tener de fondo la gran explicación, el gran relato. Tan sólo nos mira el abismo. Como a Ariel Sharon y Yasir Arafat: sólo les observaba el abismo, frente a él, y sólo ante él, eran responsables. Dos sujetos fuera del relato. El capitán Ahab y Moby Dick.

Baremboin y Gabilondo me conmovieron ayer, porque certificaban, con su indignación frente a un mundo que no comprenden, la muerte de un bello sueño.

viernes, enero 13, 2006

Voyage, voyage, a través del Hipertexto

Me muevo como una araña por la red. Devoro textos, sonidos, imágenes, vídeos. Las degluto, las digiero, las expulso. Vivo ebrio esta locura de información, de mezcla. Me baño en los datos, en los bits: brindo con vosotros. Hallazgos, ráfagas, descensos, ascensos: descansos. "El pueblo no quería realmente la Revolución, sólo quería su espectáculo", decía Rivarol. Y añadía Baudrillard: "Si nuestra perversión consiste en que jamás deseamos el evento real, sino su espectáculo, jamás las cosas, sino su signo y la burla secreta de su signo, ello significa que no tenemos tantas ganas de que las cosas cambien, es preciso también que este cambio nos seduzca". Autoseducción del blog: liquidez feroz de los signos. Deyección, abyección. Text jockey: mezclador infinito, sesión continua, discoteca de documentos. Orgía perpetua, juego, banalidad. El hipervínculo me une a vosotros, nuestro cordón umbinical de información, intangible. Y viajamos, viajamos, olvidando que el tiempo y el espacio existen, más allá de la noche y el día...




Au dessus des vieux volcans,
Glisse des ailes sous les tapis du vent,
Voyage, voyage,
Eternellement.
De nuages en marécages,
De vent d'Espagne en pluie d'équateur,
Voyage, voyage,
Vole dans les hauteurs
Au dessus des capitales,
Des idées fatales,
Regarde l'océan...

Voyage, voyage
Plus loin que la nuit et le jour, (voyage voyage)
Voyage (voyage)
Dans l'espace inouï de l'amour.
Voyage, voyage
Sur l'eau sacrée d'un fleuve indien, (voyage voyage)
Voyage (voyage)
Et jamais ne revient.

Sur le Gange ou l'Amazone,
Chez les blacks, chez les sikhs, chez les jaunes,
Voyage, voyage
Dans tout le royaume.
Sur les dunes du Sahara,
Des iles Fidji au Fujiyama,
Voyage, voyage,
Ne t'arrêtes pas.
Au dessus des barbelés,
Des coeurs bombardés,
Regarde l'océan.

Voyage, voyage
Plus loin que la nuit et le jour, (voyage voyage)
Voyage (voyage)
Dans l'espace inouï de l'amour.
Voyage, voyage
Sur l'eau sacrée d'un fleuve indien, (voyage voyage)
Voyage (voyage)
Et jamais ne revient.

Au dessus des capitales,
Des idées fatales,
Regarde l'océan.

Voyage, voyage
Plus loin que la nuit et le jour, (voyage voyage)
Voyage (voyage)
Dans l'espace inouï de l'amour.
Voyage, voyage
Sur l'eau sacrée d'un fleuve indien, (voyage voyage)
Voyage (voyage)
Et jamais ne revient.

miércoles, enero 11, 2006

Physical: ¿nos cuidamos poco, lo normal, mucho?



Este post desenfadado tiene su origen, por un lado, en la tertulia que estoy oyendo en Hoy por hoy, de la Cadena SER, sobre el tema de alargar la vida y conseguir vivir más de cien años, y por otro, en el recuerdo que este asunto me ha evocado de una forma saltarina y automática: el vídeo-clip de Physical, un temazo de Olivia Newton John que marcó los primeros ochenta. En el vídeo, la Olivia salía con chicos musculosos, por un lado, y regordetes, por otro, en lo que constituía una evidente ironía sobre la exaltación de cierto tipo de belleza masculina. Últimamente no paramos de oír advertencias sobre el fumar o no fumar, sobre la obesidad infantil... La biopolítica de las narices. El Estado nos obliga a vivir más y mejor, ser ciudadanos atléticos y sanos, perfectos productores-pagadores de impuestos y, por supuesto, ocasionar pocos gastos a los costosísimos sistemas sanitarios públicos. Exaltación de la salud. Y, por parte del mercado, exaltación de la belleza. Claro que salud y belleza no son sino magnitudes relativas, y no inocuas. Por ejemplo, un chico atlético, con todas las abdominales marcadas y sin vello, puede ser un "tipo" de belleza basado en la ausencia de grasa y vello corporal, una estilización praxitélica de la masculinidad entendida ésta como juventud apolínea. Pero este tipo de belleza no servirá para quien le gusten los chicos aniñados, o enfermizos, o los señores entrados en años obesos y velludos, que también los hay (ahí están los orgullosos gays "bear", que reaccionan contra esta estilización y reivindican el hombre osuno: orondo y lleno de pelos). Con las mujeres pasa otro tanto: de la rubia despampanante y tetona a la andrógina difusa media un arcoiris de jugosa diversidad. Lo que quiero decir es que el canon de belleza que domina actualmente hace equivaler belleza con salud, entendida ésta como una especie de término medio entre razón, juventud, equilibrio (simetría) como rasgos comunes y, para los hombres, fuerza moderada y, para las mujeres, estilización carnal. A los adictos a otros "tipos", otras "formas", (ya sean buscadas en los otros, o buscadas en el propio cuerpo) incluso a los que carecen de ningún a priori físico y se dejan llevar por la seducción mística del todo inform (cuerpo, alma) se les considera como seres extraños. Fuera del sistema. El sistema, por tanto, quiere codificar nuestro físico.

Pero hay otras bellezas: las barbas para los hombres, la vigorexia del titán o la extrema delgadez del impúber... Cuánto daño ha hecho el maravilloso y omnipotente David de Miguel Ángel.

Las mujeres ya no deben ser inmensas matronas, señoras generosas en carnes, porque el ideal que palpita detrás es el de una mujer triunfadora y trabajadora cuyas caderas, a lo sumo, sólo han sido levemente deformadas por una solitaria maternidad. Si la hay.

Lo que quiero decir es que desconfiemos de los cánones, desconfiemos de las invitaciones a estar sanos todo el tiempo (¿Hay algo más totalitario que la exclusión y la marginación de los "enfermos"). El poder no sólo crea saber, sino que crea modelos, crea cuerpos, cánones y bellezas. Y los crea a su imagen y semejanza, a la medida de sus intereses. Nos produce, en serie, a su antojo. En nosotros está resistir.

martes, enero 10, 2006

Individuo y multiplicidad: lo trágico común en Maffesoli

Vicente Verdú lleva más de dos décadas investigando el pensamiento sociológico actual e introduciéndolo en nuestras fronteras, primero en el Viejo Topo y ahora en El País. Es, en toda regla, un divulgador de lo social. Este fin de semana se publicó en El País Semanal una interesante entrevista al sociólogo francés -de origen italiano- Michel Maffesoli que, frente a los terribles Glucksmann, Alain Minc, Henri Levy y otros guardianes de la República y su correlato filosófico cartesiano, el Logos, ha sabido ofrecer una visión realista sobre la problemática identitaria actual en las sociedades.

Maffesoli apunta en varios sentidos: fin del subjetivismo unitario y paso a una diseminación identitaria filtrada por la pluralidad de tribus; el resurgimiento del aspecto trágico y, por consiguiente, hedonista (dionisíaco, diría Nietzsche) pero vertebrado en lo común (lo que equivale a que todo tipo de trascendencia, de gran relato, ha muerto, y sólo queda la certeza trágica del aquí y el ahora, el hic et nunc, sufrido y disfrutado a través del ente mediador de la tribu, del grupo) y el desconcierto que este tipo de sociedad posmoderna crea en el intelectual que aún usa conceptos y nociones decimonónicas:

El problema hoy es que este modelo de República una e indivisible ya no funciona. Hemos entrado en un proceso de la posmodernidad que se basa en la heterogeneización, la construcción a base de retales, como un mosaico. En el fondo estamos viviendo el desfase entre un modelo que sigue siendo el de la República una e indivisible y la realidad. La intelligentsia francesa –el hombre político, el periodista, el universitario– sufre la incapacidad de pensar que la cosa pública puede estar formada por partes distintas porque nuestra concepción sigue siendo individual. En este sentido, las explosiones contemporáneas son el desfase que existe entre la sociedad oficial y la sociedad oficiosa. La oficial sigue siendo republicana –tanto de izquierdas como derechas– y, de otra parte, crece con fuerza el mundo de las especificidades distintas.

Leer aquí.

Ecos golpistas II

Carta de militares retirados en La Razón: "El teniente general Mena Aguado ha manifestado que consideró una obligación y un deber de lealtad para con la máxima autoridad del Ejercito, sus superiores y sus subordinados transmitir y confirmar lo que, por razón de su empleo y cargo, conocía perfectamente."

Igancio Camacho, ABC: "El general Mena, que es un hombre de bien y un demócrata leal, se ha saltado un montón de semáforos de prudencia aunque su diagnóstico haya sido impecable en la materia que le compete al resaltar que el proyecto de Estatuto compromete la unidad de la Defensa."

Los artículos de apoyo en La Razón de, por ejemplo, Alfonso Ussía y otros, y en El Mundo, no los puedo citar porque son de pago. Para oír más adhesiones al pronunciamiento golpista del teniente general Mena, sintonizar la COPE o acudir a las sedes del Partido Popular.

lunes, enero 09, 2006

Ecos periodísticos de un hipotético golpe de Estado

Las palabras del teniten general Mena: "Afortunadamente, la Constitución marca una serie de límites infranqueables para cualquier Estatuto de autonomía. Si esos límites fuesen sobrepasados, lo cual en estos momentos afortunadamente parece impensable, sería de aplicación el artículo octavo de la Constitución: las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad y el ordenamiento constitucional".

Pio Moa, Libertad Digital: Un gobierno, no lo olvidemos, presidido por un personaje autoproclamado “rojo” (los rojos han asesinado a mucha más gente que los nazis en el siglo XX), aliado además con los tiranuelos populistas del Tercer Mundo. Por ello las alarmas están sonando en toda la sociedad, y, lógicamente, también en los cuarteles.

Jorge Trías Sagnier, ABC: BUENO, ¿pero qué ha dicho este general para que el ministro de Defensa le arreste y le destituya de forma fulminante? Mena no ha hecho otra cosa que repetir el artículo 8 de la Constitución.

Juan Manuel de Prada, ABC: "Al general Mena, un patriota austero que se ha limitado a proclamar preceptos básicos del orden constitucional, el ministro Bono, un patriota de peineta y faralaes, acaba de arrojarlo al fango, castigándolo al descrédito y al oprobio, como si fuera un militarote nostálgico de las asonadas, con el aplauso o la anuencia de todas las fuerzas políticas y el silencio cobarde de sus conmilitones. Empieza a dar vergüenza llamarse español."

Editorial. Minuto digital: Y cuando un militar viene a recordarnos cuales son las obligaciones legales de las Fuerzas Armadas, plasmadas constitucionalmente, entonces la libertad de expresión se acaba. Es evidente que el proyecto de estatuto catalán atenta contra la soberanía nacional, la integridad de España y quiebra el orden constitucional, por lo cual las palabras del general Mena, simplemente son un llamado a que se respete la legalidad vigente, esa misma que algunos no quieren aplicar.

Vuelve Twin Peaks

En el trance de quedarme dormido he cambiado casi sin querer de canal y he puesto Cuatro. Con este movimiento fortuito me he quedado paralizado frente al televisor durante una hora, viendo la única cosa que me ha producido verdadero pavor en mi vida: Twin Peaks. Quince años después he reunido el valor para ver el último episodio, aquél que grabé y guardé en el altillo de un armario pero nunca quise ver. Por supuesto me he quedado en vela, sobrecogido aún pero agradecido a Lynch, que ha hecho la mejor serie de la televisión de la historia, para mí mejor que cualquiera de sus películas. Es el maestro del desconcierto con mayúsculas, del barroco estilizado, de los tempos menos convencionales, de una trama complejísima y sesuda que, para rabia y tensión del espectador imbuido, descarría con malévola y deliciosa frecuencia en irrelevantes historias de segundo orden y en finísimos golpes de absurdo. Los colores más saturados, las texturas de terciopelo, las voces metálicas, los secretos más inconfesables, anidan entre las pesadísimas cortinas y las vigas de madera del Gran Hotel del Norte, al borde mismo donde una cascada empieza a derramarse y rodeado de bosques de altísimos y oscuros abetos, cerca de la frontera con Canadá. Árboles que uno no sabe decir si se mecen o se retuercen azuzados por el viento que baja de las cumbres. Son árboles de Poe, árboles que respiran y observan y que han visto demasiado. Los personajes más estrambóticos son los más inofensivos. O no. Laura Palmer, la chica dulce y perfecta que llevaba una vida paralela que congela la respiración, marcó la vida de un pueblo. Todos, hombres, mujeres, novios, amigas, familia y hasta desconocidos que nunca la vieron en vida se enamoraron de alguna manera de ella. Su muerte no destapa exactamente nada, sino que sacude y recrudece los extrañísimos vínculos que ligaban tantas existencias, todas y cada una de ellas cautivadoramente miserables. Lynch será probablemente la única persona que me haga adorar las notas de un fondo de jazz, la mediocridad americana y la parte oscura de la vida.

Carlos Gómez Zamorano (Luchi)

Me llegó vía e-mail. Me parece pertinente reproducirlo.

viernes, enero 06, 2006

Arcadi me contesta a propósito de Sokal

Hoy el periodista Arcadi Espada, con la incisiva acidez que lo caracteriza, me responde a la cita en la que cuestiono su postura acerca de la polémica sobre la veracidad de la ciencia y el análisis semiótico de los que él llama Derri, Baudri...etc. En primer lugar, agradezco la cita de Espada, gran periodista, y que me ha granjeado bastantes visitas. Yo soy un modesto blogger, periodista en ciernes, y estas cosas animan. Aunque te citen para criticarte. Esta es la grandeza del debate en el Ciberespacio, conato opinativo de lo que Teilhard de Chardin denominó "noosfera" y que no es sino la mayor revolución comunicacional de la Historia.

Dicho esto, y aunque el debate seguramente se termine aquí, voy a matizar lo que dice Espada acerca de mi comentario. Él me cita (cut-up... y el intertexto a veces, es el descontexto: descontextualización que cita. Algo muy de los Derri, Baudri y Barthes a los que irónicamente se refiere el Espada) así: “Descubrir un delito provocándolo no es descubrir, es provocar”. Bueno, con las frases que preceden, con las que proseguían a la cita, y con las que añado ahora, centro, una vez más, mi crítica a Sokal. Sokal puede que hiciera una crítica razonable en "Imposturas intelectuales", donde analiza punto por punto la reapropiación ilegítima por parte de la French Theory de términos científicos y en el que, desde la óptica del físico, resuelve que muchas de las afirmaciones de los Derri-Baudri et alt carecen de sentido. Pero el texto impostor que envió a Social Text sólo demuestra su propia impostura, no la de los otros textos. Tal vez demuestre la impostura social en la que algunos textos se reciben, leen y dicen entenderse. Pero no más.

Dicho esto, y yendo ya de la anécdota a la crítica a los postestructuralistas, creo uno de los errores epistemológicos más traídos a la arena del debate de ideas por parte de los "neocon" es la equiparación de la crítica cultural a los postulados de la física. Es decir, la matriz positivista. Si una ciencia, si un pensamiento, no se conduce como la física, es decir, mediante el contraste teórico-empírico de los postulados, es que no es ciencia. Pensamiento débil. Impostura. ¿Excluimos, entonces, la crítica cualitativa, la cultural, la semántica, la semiológica? ¿Cómo estudiamos la evolución de los "poderes" y "saberes", de las "epistemes", es decir, relatos sociales que sirven de guía a conocimientos que se imponen en un momento dado, y luego caen, si no es mediante una radiografía arqueológica cualitativa? ¿Qué nos dice la física acerca de la concepción de la locura, y por tanto, de la razón que se marca una sociedad en un momento dado? ¿Silenciamos los textos? ¿Los ahogamos bajo la aplastante radicalidad del dato empírico?

Por último:

¿Podemos debatir sobre estos temas en dos o más blogs? ¿No es esto pensamiento nómada, rizomático, disperso, débil, impostor? ¿El medio es el mensaje, como decía McLuhan?

Solo ante el silencio después de que el Zeus Espada arrollase a este pobre Prometeo que hurtó, durante un par de días, el fuego a los dioses del Olimpo.

jueves, enero 05, 2006

¿Por qué Camille Paglia odia a Foucault?


Vamps and Tramps como libro de éxito, portadas en Time y entrevistas en Playboy, debates de televisión, siempre vestida de negro-cuero, pelada al tres. Camille Paglia fue uno de los sujetos que estudié cuando realicé el reportaje sobre los "homocons" para la revista Zero. Homocons=homosexuales neoconservadores. Paglia reacciona contra lo que los "neocon" denominan relativismo, concepto que conecta por meandros intelectuales y editoriales a Paglia con otros pensadores exiliados de la izquiera, como beligerante periodista Oriana Fallaci, antes atea y ahora amiga de Joseph Ratzinger, a la sazón Papa Benedicto XVI.

Paglia se hizo famosa llamando a Focault, Derrida y Lacan cosas como la siguiente: “tríada terrible de autores pretenciosos, verborrágicos y vacíos que arruinaron la cultura del siglo XX”.

Sokal, Paglia, Fallaci, Allan Bloom, los Think Tanks... y aquí, más cerquita, La FAES, Arcadi Espada, La COPE, entre otros, han montado el frente de liberación de la razón mediante el cual van a rescatar el orden tradicional, la familia, la razón y a Occidente. Habría que ver si Paglia podría haberse declarado lesbiana, con la tranquilidad militante con la que lo hace, en un mundo en el que no hubiese existido la crítica cultural y del poder de esa "tríada terrible de autores pretenciosos". Lo que es seguro es que, libro más, libro menos, están haciendo un buen negocio con su autoproclamada "disidencia" conservadora y creando Aixes of Evil intelectuales. Se están forrando tanto como los Baudri, Derri, Fou o Lac.

Arcadi Espada, Sokal, Derri y Baudri

Escribe Arcadi Espada en su blog un interesante comentario:

"...Pero lo decisivo es lo que se sigue: la estafa de Hwang facilitará la clonación de células. Así pasa con todos los problemas, delictivos o no, que surgen en el proceso del conocimiento. Ahora bien: tengo la impresión de que el carácter sexuado de e=mc2 (creo que va así) desvelado por Luce Irigaray va a agotarse en sí mismo. Mis amables místicas cometen una pequeña pero trascendental desviación en sus analogías. No deberían haber comparado a Hwang con Sokal, sino a Hwang con Irigaray, Baudri, Derri et al. Ese encuadre, que a pesar de todo no altera la superioridad práctica de la estafa científicamente construida sobre la estafa poéticamente deslizada, es mucho más pertinente."

Yo, en su propio blog, le contesto, le matizo:

"Arcadi Espada pasa por ser el restaurador de la razón deconstruida y dañada por la mefistofélica manía postmoderna de relativizar la verdad (que, de paso, traduce políticamente en una izquierda desnaturalizada, blanda y sin ejes de razón). Claro, Sokal y su efecto, Sokal y su artículo, sólo pudieron demostrar, y sólo eso, la falta de criterio de una revista. ¿Falta de criterio o ironía autoinducida? ¿Quién engaña a quién? ¿Sokal a Social Text o Social Text a Sokal? Si nos da rabia lo que piensan Derrida, Baudrillar y compañía, lo mejor es tabularlos con una refutación propia, no con una farsa que se toma como falsación por supuesta analogía. Confundir la gestión de los textos, su recepción, con su validez o, incluso, su valor filosófico, es incurrir en una falsa falsación, en una tabulación engañosa. Es probar el relativismo ajeno con el propio. Sokal, Espada y demás restauradores de la razón, el logos y "el sentido común", enfréntense de cara al abismo, que es lo complicado, lo arduo, y respeten una cierta gramática del pensamiento que dicen defender. "

Añado aquí alguna que otra clave: Descubrir un delito provocándolo no es descubrir, es provocar: introduce una variable sin la cual, probablemente, no se darían las causas que conducirían al delito, por lo que es una falsa demostración. Es como demostrar que Evo Morales es un impostor siendo el que lo demuestra un impostor en sí mismo. Es el estilo de esta renovada razón. La postmodernidad, el relativismo, sí es utilizable por ellos, que están en un orden superior, para demostrar el relativismo de los de abajo.

A propósito del "Efecto Sokal", transcribí hace unos días un artículo resumen que encontré acerca de la bromita del físico. Físico a tu física. La filosofía y el estudio del texto no es para ti.

Manifiesto alternativo a favor de la COPE: para que sigan mintiendo en libertad

Por delante mi juicio acerca de la cadena: La COPE me parece una radio infecta, el altavoz de la caverna carpetovetónica, cerril, antiliberal, ultracatólica, siniestra y profundamente enraizada en el odio, la incomprensión ante la diversidad, la diferencia y la modernidad. La COPE me parece todo eso y añadiré más. Es una radio que, en muchos de sus actos, roza o incurre directamente en el delito, como el bochornoso episodio con Evo Morales, al que tomaron el pelo, sin casi haber llegado al poder, por el hecho de ser indígena y representar a los pobres en un país oprimido por oligarquías dictatoriales. Es decir, una infamia racista, irrespetuosa, y además, desleal con España. La COPE, recordémoslo, no respeta a nadie. Insulta a los votantes que no son del PP. Insulta a los políticos que no son del PP. Insulta a los homosexuales, a los que considera desviados y amorales. Insulta a los catalanes y a los vascos (y que no me digan que se limitan a dilapidar a sus políticos, cuando esos políticos proceden de la democracia, es decir, del sufragio del 90 % de los catalanes). Es, como afirman las juventudes de ERC, una cadena que manufactura odio las 24 horas del día, 7 días a la semana; una fábrica en la que se ha taylorizado el insulto y el rencor.

Bien. ¿Por qué no se debe cerrar la COPE? ¿Por qué la necesitamos? Desde una óptica liberal, lo mejor que le puede pasar a una sociedad es la gestión fluida y transparente de su diversidad. El intervencionismo mediático, incluso en aras de una corrección política más que dudosa, sólo puede conducir a una falsa homogeidad de discursos, a una limadura de las aristas y los extremos en el plano de los simbólico. Pero lo extremo existe, y no debemos olvidarlo. En España, silenciar la COPE sería quitar a la derecha de su verdadero altavoz, despojarla de su imagen. Y necesitamos que la derecha se expresa y nos deje claro a todos su verdadero rostro, aunque su herramienta de trabajo sea la mentira y la infamia. Si en mi país existe gente que piensa y actúa como lo hacen los periodistas de la COPE, yo quiero conocerlos, quiero saberlo. La COPE, por tanto, debe seguir mintiendo e infamando en libertad. La libertad que no tenía el resto del país cuando, aquí, sólo se expresaban los obispos en su púlpito, pero no sólo allí, sino en la censura de un Régimen dictador y militar al que bendijeron. Por tanto, por la higiene de todos, por el derecho a conocer la verdadera naturaleza de una parte de mi país, defiendo que la COPE pueda seguir mintiendo e infamando en libertad. Ahora, y siempre. Amén.

miércoles, enero 04, 2006

2006: "Transmutación"

Me vuelvo poesía, huyo del mundo,
Me reparto
Voy
Hacia afligidos hermanos. A quedarme en casas donde no entra el sol.


Nikoforos Vretakos.


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2006 de propósitos de adopción

Adepto a las hojas de los olivos
que sois vosotros,
que arañáis el abismo de lo oscuro
con un susurro o un soplo sobre el hombro.

Adepto al viento, que es vuestra palabra,
adopto
del aire su impostura
del aire su flujo
del aire su caricia
del aire su embrujo.

Del flujo, caricia, impustora, embrujo
adopto la cortesana sonrisa del eterno simposio
de nuestras noches,
de nuestra virtualmente inmortal amistad.
Apenas prevista por los oráculos.

Adepto a vuestras añoranzas,
adepto al tiempo sincopado, alma compartida,
adopto
geometrías que me acerquen a vosotros,
a vuestros silencios y sarcasmos.

Lo correcto será un suave y frío mármol:

un íntimo piélago de minutos.

Que suene nuestra noche,
nuestra íntima noche.