miércoles, marzo 12, 2008

La victoria ética

El voto útil es el que sale, sí. El que no se pierde en la sombra de una ley electoral injusta, sumando diputados sin nombre en el Congreso de lo imposible. El voto útil es el que brilla sin querer, el afortunado, el ganador. El voto de masas, el voto que puede, el que decide, frente al voto que quiere, el voto inmaculado de poder y cargado de las mejores intenciones.

Frente al voto utópico, el voto útil es antipático. Tiene mala fama. Es desagradable. Es realista. Pero en estas elecciones el voto al PSOE no ha sido útil, sino ético. Porque votar frente a quienes manipulan y retuercen el dolor de las víctimas para ganar elecciones, es votar éticamente. Porque votar frente a quienes instigan el racismo olvidando hipócritamente sus credos cristianos, es un votar éticamente. Porque votar contra los portavoces radiofónicos de la catástrofe, que dividen mañana sí, mañana también, a los españoles en trincheras de rencor, es votar éticamente.

No. Hoy no me resigno a una victoria real, a un mal menor. Hoy la victoria del PSOE es moral. Porque es la victoria de un país mejor. El nuestro, el que ha ganado. El país que no insulta al diferente ni olvida que algún día fue emigrante, que convive sin crispar, que no juzga el amor de nadie, que no llama asesinas a las mujeres que deciden su destino, que sonríe ante las oscuras profecías de los Roucos que quieren alicatarnos el alma de pecados.

Hoy, sí. Hoy hemos ganado. De verdad.

Artículo original en El Plural

Etiquetas:

lunes, marzo 03, 2008

El miedo del PP al voto

El temor de Elorriaga a la democracia le viene de familia: su papá fue un duro gobernador civil durante el franquismo. Un Gobernador civil de esos que querían dejarte en casa por la fuerza, sí o sí, aunque su dominio de las calles no se viese amenazado por las peligrosas urnas ni la pérfida libertad. Elorriaga es la metáfora del PP: el antiguo opresor travestido de demócrata.

Es curioso. Durante este tiempo el PP se ha esforzado en propagar el miedo a todo: el miedo a los inmigrantes y al fin de la familia, el miedo a la crisis y al futuro, el miedo a Gallardón. Pero nunca hablaron de lo que les daba miedo a ellos: el voto de la gente. Lo sabíamos, aunque no lo dijeran. Pero se les ha escapado.

Temer al voto es algo genético en esta gente. Pero es algo muy lógico. Los votos, los votos masivos, movilizados y alegres; los votos casuales, inciertos o dudosos; los votos escépticos, ingenuos, confiados o hasta tristes; los votos, todos los votos han definido siempre el límite a sus ansias de poder y control. Es lógico que desconfíen de ellos, que no los quieran. Los votos de la España democrática han sido la frontera a los dominios del lobo, parafraseando a Javier Marías.

Y como quien teme al voto, no puede generarlo, el PP de Elorriaga-hijo y de Rajoy han importado de Latinoamérica a unos expertos en abstención. Magos del desánimo, gurús de la desazón y del miedo. Mano dura, cabeza y corazón. El mensaje que subyace es: “dejadnos esto a nosotros, que somos los que entendemos el poder, porque somos el poder”.Y para dejar en casa al electorado de izquierdas, tiñen el horizonte de catástrofes negras: inmigración, terrorismo y crisis.

El populismo del miedo, al fin y al cabo, la exaltación de las bajas pasiones no sirve para ganar votos, sino para causar bajas en el electorado del rival. Pero en Rajoy ha sido, sobre todo, una demostración de falta de argumentos y propuestas, una evidencia de escasa altura política capaz de provocar engendros como la niña del futuro o la entrevista a Elorriaga en Financial Times. En Rajoy, el populismo vacío ha sido trampa endeble que ha terminado viéndose.

Ahora, los votantes dormidos tienen una razón más para participar el 9 de marzo. Han desafiado su poder. Les han dicho que confían en engañarles para que se queden en casa. Y no hay nada que impulse más a votar que el hijo de un gobernador civil invitándote a abstenerte. Porque algo sabemos los españoles: el tiempo de la abstención obligatoria del padre del invento ya pasó, caramba.

Artículo original en El Plural

Etiquetas: