viernes, abril 29, 2005

Comentario de antes de dormir

Empiezo a aburrirme de utilizar este blog como mero índice de mis artículos publicados en diarioDirecto. De vez en cuando, empezaré a emborronar un poco más y actuar como blogger; es decir, más autobombo intimista, más cotidianeidad fingida, natural o simulada. Por si alguien no se había enterado, estoy frente al ordenador familiar y comunal en Málaga, y son las 3:15 de la madrugada. Creo que voy bien...

Hoy fui a la conferencia, aquí en Málaga, que Arcadi Espada, ilustre periodista catalán y colaborador de El País, amén de llevar un blog estrella, ha impartido en uno de esos ciclos organizados por incautos programadores culturales. El tema: cinco periodistas españoles que realizaron el grueso de su producción antes de la guerra civil. Entre ellos: Josep Pla, Julio Comba, Gaciel... ¿Fueron una generación? Los unía su individualismo, su periodismo comprometido con el cambio social, su estilo antirretórico, seco, depurado y preciso.

Sólo un pero: en un momento dado, Arcadi dijo una "boutad" que todos le consentimos, sin duda merecidamente porque la conferencia, repito, fue muy interesante y amena. Acusó al Nuevo Periodismo de precursor de cierta suerte de posmodernidad "todo vale" que, por decirlo de alguna forma, desvirtuó el sentido mismo del periodismo (contar la realidad) mezclándolo con la literatura y "novelizándolo". Creo que si la labor del periodismo es acercarnos a una época, a unos personajes, a una realidad cultural palpitante, Truman Capote fue un inigualable pintor de su tiempo. Si tenía paleta, si tenía pinturas, lo mejor que podía hacer era usarlas. La austeridad castellana, en boca de un catalán, a veces puede resultar algo sospechosa, telúrica, hegeliana. Admitimos barco como animal acuático, Arcadi, pero porque sé que te referías a barco como animal acuático. Y olvidemos el pseudo debate que se montó al final (inevitable en cualquier ruedo metaperiodístico) sobre el misterio de la santísima trinidad para todo profesional de la información: el de si existe o no la objetividad. Como teólogo de mi profesión, introduciré una matización. ¿Es lo mismo objetividad que verdad? Creo que no. Objetivos son los objetos. Una información ha de ser veraz. La objetividad, como credo está bien. Como realidad, no seamos ingenuos. Con el impulso de la subjetividad, y con la irrefutabilidad aritmética de la verdad, el periodista puede, sí, cambiar el mundo.

Son las 3:22. Lo cual quiere decir que tardo poco en bloggear de esta nueva forma. Espero sus masivos comentarios. Buenas noches.

La "hombría" del PP

Me quedo de piedra ante la decisión de algunos primeros ediles del PP de no casar a gays. Qué machos. Eso es ser hombre, sí señor. El PP es un partido de machos, de padres de familia responsables, barbados, de los que fuman puros y van a la Iglesia los domingos. Los demás, sencillamente, no son buenos hombres españoles. Ni hombres, ni españoles. Además, tienen la mala costumbre de cumplir la ley… La ley, ¿para qué? España no necesita leyes, ni derechos sociales, sino gente trabajadora y honesta como Acebes y Zaplana, como los alcaldes de Valladolid o Ávila, recios castellanos a quienes las murallas románicas protegen de la contaminación izquierdosa y desviada que viene… de por ahí. De Francia, o de fuera. O de Cataluña, mire usted, habitual cuna de la modernidad ibérica, pero donde un alcalde popular ha dicho que los gays "son personas taradas, con alguna deformación psíquica o física". Qué macho este español catalán. No me extraña que el regidor de Ávila califique estas actitudes de "hombría", frente a los melifluos socialistas que promueven la inmoralidad.

¿Fue la misma ‘hombría’ del actual regidor de Valladolid, cuya conciencia impide cumplir la ley, la que acabó con Lorca cuando el ejército franquista reaccionó contra la democracia? ¿Fue esa ‘hombría’ la que nos condujo a la Guerra de Irak, contra el maniático empecinamiento pacifista de verdes, rojos y amarillos? ¿Es ‘hombría’ ser amigo de Bush? ¿Es ‘hombría’ insultar a actores y artistas por oponerse a la masacre? ¿Es ‘hombría’ tener un piso de 500 metros cuadrados y llamar indignos a los que, merced a la libre especulación sin freno de los últimos años, no pueden permitirse uno de poco más de 40 m., aunque eso sí, pagado a precio de oro? ¿Es ‘hombría’ decir que Zapatero ha metido a ETA en el Parlamento Vasco, aunque ni jueces ni fiscales viesen indicios de conexión entre el PCTV y ETA? ¿Es ‘hombría’ rasgarse las vestiduras porque el Gobierno decida quitar de nuestras calles los símbolos franquistas? ¿Es ‘hombría’ triturar políticamente a Gallardón por no insultar a la oposición y tener amigos en el PSOE? ¿Aparte de buenos españoles, los que no pensamos como el PP hemos dejado también de ser hombres? ¿Ser de derechas es ser más hombre? ¿La izquierda es cosa de feministas, gays, ecologistas y republicanos (extraño adjetivo vilipendiado: republicano)? Pues si todo eso es 'hombría', quedan pocos hombres. Afortunadamente. PD: Celia, se te echa de menos. Ojalá en el PP empiece a haber más mujeres. O no.

martes, abril 26, 2005

Ibarretzinger

Publicado en diarioDirecto el 20 de abril de 2005. Antonio Asencio.

Desgraciadamente, corren buenos tiempos para las ortodoxias ideológicas. El mundo tiene a Ratzinger, un dictador de la moral, y el País Vasco tiene a Ibarretxe, un tirano de la nacionalidad. Qué peligro. Siempre me asustaron los políticos, las personalidades iluminadas que vienen al mundo a cumplir una misión y quedar en la historia. No, mire usted, yo no quiero que usted me salve de nada. Déjeme a mí tranquilo con mi libertad, con mi identidad, ese último reducto que sólo quiero compartir conmigo o mis íntimos, y arrégleme usted la acera de la calle, o póngame un ambulatorio en condiciones. Pero no gestione mi ser, mi moral, mi culpa o mi orgullo. No, por favor. Con unas leyes comunes y laicas, me basta. Y que cada uno en su casa crea en lo que quiera.

No, no me gusta la elección de Ratzinger. Lo digo con respeto, con discreción: Ratzinger es dogmático, excesivamente conservador: un teólogo sin matices, de una sola dirección. Inflexible. Es preocupante el efecto que pueden tener las tesis de Ratzinger en continentes como África o América Latina, que más que dogmas morales anticuados necesitan desarrollo económico y humano, conocimiento científico, y sobre todo, preservativos para detener el Sida. Es preocupante la radicalización que ciertos sectores del catolicismo en España pueden adquirir contra las necesarias reformas en materia de política social del actual gobierno: investigación con células madre, equiparación de derechos de homosexuales o agilización de los trámites del divorcio.

Ibarretxe es como Ratzinger. Qué pesado. Tiene su cruzada, su plan, su camino mesiánico con el que pretende salvar a un "pueblo histórico". Espero que los aires de consenso, de convivencia, de pluralidad, y sobre todo, de respeto a la libertad del individuo no se queden sólo en la Moncloa. Ninguna comunidad o nación, ninguna pléyade de fieles con el alma formateada con los códigos de un credo o bandera, deberán quitarnos nuestra libertad, nuestra individualidad. Y que me llamen relativista. Amén.

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sábado, abril 09, 2005

Más papistas...

...Que el Papa, efectivamente. Menudo atracón de Santo Padre, Vaticano y desfile de cardenales que nos estamos dando. Vayan por delante mis condolencias, para todos los católicos. Independientemente de que se estuviese o no de acuerdo, nadie duda de su carisma, su pacifismo militante y su enfoque mundial y humanitario a la hora de encarar la gestión de su papado. Otra cosa es, repito, que se pongan o no en duda sus aseveraciones sobre cuestiones como la conducta sexual, el uso del preservativo o temas de política interna española donde el consejo de Rouco Varela, sin duda, le jugó una mala pasada. Hubo tiempo para criticar todo eso en vida y ahora no es el momento para insistir. No. De lo que quiero hablar es de la histeria mediática que se ha desatado a raíz del fallecimiento.

Empiezo a pensar que la muerte, el hecho físico de la misma, es un producto informativo de primer orden equiparable a cualquier otro impacto televisivo. Uno podría pensar que el paso a mejor vida, desde una óptica cristiana y espiritual, debería ser algo íntimo, austero. Al Papa lo han paseado una y mil veces, su cadáver está expuesto para que millones de fieles lo vean y las televisiones recojan ese instante. ¿Desde cuándo pensar en la muerte, conectarse con una dimensión trascendente de la existencia, si es que se cree en ella, implica una visualización morbosa y litúrgica de tanta magnitud? Las televisiones han hallado en el Vaticano el mejor plató para el espectáculo que mejor saben retransmitir: sufrimiento masivo y rituales sin duda espectaculares. No sé si al Papa le hubiese gustado esta adoración necrófila. Tal vez sea inevitable en la era de la información, donde todo es símbolo, momento, conexión, rápido directo emocionante y visual. O tal vez, ese carácter teatral sea inherente al mundo católico, diferenciado del protestante precisamente por su adoración fetichista de los símbolos: sólo hay que pensar en el exceso barroco de la Semana Santa española.

Viendo el machacón espectáculo vaticano de los últimos días, recordaba, quizá sin querer, algunas películas surrealistas de Buñuel o Fellini, dos cineastas fascinados por el lado estético del catolicismo. Si no, recuerden aquella maravilla felliniana, "Roma": por una pasarela desfilaban modelos vestidos de cardenales u obispos, luciendo todo tipo de vestimentas litúrgicas como si fuesen diseños de pre à porter. A veces, el cine más surrealista es un mero comentario de la insondable dimensión de la realidad.

Publicado en diarioDirecto el 06/04/2005

FAES Producciones. Género: terror

Publicado en diarioDirecto el 31/03/2005

Si todas las energías perdidas en los insultos que recibí en la bandeja de e-mail por mi último artículo, El mal rumbo del PP, los simpatizantes de este partido las hubiesen dedicado a mejorar su casa, hoy no estaríamos hablando de un tema como el del vídeo de la FAES. Un tema triste, por cierto. Probablemente, y aunque la cosa se la están tomando a pitorreo en muchos y jugosos cocidos madrileños, es más grave de lo que parece. Más grave para el PP, claro. Porque si Miguel Ángel Rodríguez, Aznar, Acebes y todos los que hayan participado en esta superproducción de lujo, se piensan que después de la televisión de Urdaci y Carlos Dávila, después de las películas de ETA en TVE y Telemadrid las mismas noches en que se empezaba a conocer la autoría de Al Qaeda, después de ver a Acebes repetir hasta la enajenación que era ETA, y ETA, y ETA, si se piensan que tras esa vacuna mediática la sociedad española es susceptible de tal manipulación, es que no se han enterado de la “película”. Y nunca mejor dicho. Qué desastre. Superproducción pagada, me temo, con dinero público que recibe la FAES para (se supone) el análisis político. En fin, y para hacer un resumen del peliculón: lo que le faltaba a Rajoy y a María San Gil, que después de enterarse del último sondeo del CIS sobre las elecciones vascas aún mantenía el tipo como podía.

Estos vídeos ahí se quedan. Para siempre, en la retina. Ver para creer. Al PSOE, y sin entrar a comparar las dos cintas, le costó muchos años despegarse de la imagen del doberman. El simple hecho de que hoy lo recordemos, asociado a esta catástrofe del PP, indica qué poco inteligente fue aquello. Ahí se quedó. Lo que más llama la atención es que todo esto haya sido engendrado por un supuesto experto en comunicación como Miguel Ángel Rodríguez –MAR para los amigos, y no Flores, precisamente. Pensar que vivimos en la Alemania de Goebbels, aquel ministro de información de Hitler que utilizaba la televisión para conducir a las masas hacia el paroxismo nazi, es no saber en qué mundo vives. Ya no, amigos míos. No hay masa homogénea y maleable. Hay personas informadas. Con móviles, sí, con cultura, con información, con muchos medios, con opinión crítica e inconformista. Si eso no os gusta, es que no sabéis de qué va la democracia. Para el 2005 un deseo: que Gallardón o alguien empiece a ordenar a la derecha española. Necesitamos otra derecha. Otra derecha es posible. Pásalo.

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