Publicado en diarioDirecto el 28/04/2005Gallardón, vs Aguirre. Liberales contra nacionalcatólicos en el PP.Un partido no puede reunir ni en su electorado, ni en su militancia, una sola alma. Lo lógico es que exista la pluralidad, casi extensiva a tantas como personas lo componen. Eso, frente a las disciplinas de partido, es un principio liberal que los ingleses aplican muy bien y que en los países latinos nos cuesta adoptar. En el PP, como en el PSOE, conviven varias formas de pensar. Varias, como se dice ahora eufemísticamente,
“sensibilidades”. La sensibilidad 'popular' que nos agobia estos días -no sé si será la mayoritaria dentro de la derecha española- es aquella que podríamos asimilar bien dentro del “nacionalcatolicismo” heredado de épocas pretéritas y que, a duras penas, se consiguió encajar en la democracia. Iglesia, familia, el no a las libertades civiles, cerrazón frente a las corrientes modernizadoras europeas y una repetida obsesión por desterrar del debate ideológico cualquier revisión histórica de la dictadura franquista son sus características. Frente a esta herencia está la semilla de una corriente liberal, más escorada al centro, similar en muchos aspectos a una derecha francesa, de corte republicano. El liberalismo en España, en contra de lo que muchos piensan, y a falta de una representación política propia, se reparte y disgrega en los diversos partidos: PP, PSOE, CiU. Liberal es
Solbes, pero también lo es
Gallardón. Liberal es
Pimentel, que emprende en solitario un proyecto centrista en Andalucía, y liberal es
Paco de la Torre, alcalde de Málaga. Son liberales en lo económico, y son liberales en lo civil, terreno en el que ya se han apresurado a confirmar que cumplirán la ley de matrimonio homosexual sin mayores problemas de conciencia que los que tienen sus compañeros
Ana Botella o los alcaldes de Valladolid o Ávila -por cierto que tiene narices que una señora que es miembro de los legionarios de Cristo hable de lobbies gays.
En los últimos tiempos, esta tendencia ha perdido terreno en el PP, donde dominan
Acebes y
Aznar, que han cruzado el neoconservadurismo militarista y anti-civil de
Bush y el nacionalcatolicismo de los sectores más reaccionarios de la Iglesia. ¿Qué es FAES sino un tanque de pensamiento neoconservador y nacionalcatólico para controlar ideológicamente al PP? Hay, por tanto, espacio para que recupere terreno esa derecha liberal, culta y moderada, que antepone el pensamiento, la reflexión y el diálogo al insulto, la descalificación y los golpes de pecho. Hay terreno para el liberalismo de corte republicanista (que no antimonárquico, pero yo esto me niego a explicarlo una vez más). Hay terreno para Gallardón, Pimentel, De la Torre o el propio Piqué en muchos aspectos. Hay terreno para esa derecha agazapada que no se ve en este PP. Que salgan. Que salgan de una vez del armario apolillado y rancio de esa derechona que, ay, los atenaza con oscurantismo contrarreformista endémico de España.